ConstanzaTengo que contener la risa cuando Cillian entra y le dice a Damon que le da diez minutos para cambiarse. El rostro de mi prometido es un poema y la situación es extremadamente divertida.—¿Por qué tengo que acompañarte, tío? ¿Me ves cara de político? —responde sin levantarse de su asiento.—Solo quiero pasar un rato contigo, como antes —responde Cillian, acercándose—. ¿O te molesta que quiera hacerlo?—No, pero creo que podríamos encontrar otro momento, ¿no crees? Le prometí a Constanza que estaríamos juntos hoy y… —No te preocupes por mí, mi amor —lo interrumpo—. De todos modos, quería adelantar un poco de trabajo; puedo hacerlo desde el celular. No quiero que se me acumule.—Pero…—Anda, ve —insisto—. Yo te puedo esperar, ¿sí? De todos modos, pronto vamos a regresar a París y tendremos tiempo de sobra para estar juntos. Sabes que ya vienen las vacaciones de postemporada.—Mmm… bueno, está bien —resopla Damon, limpiándose con la servilleta—. Voy a extrañarte muchísimo, pequ
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