Por Emma.Estaba a punto de hacer el amor con mi jefe.¡Otra vez había caído en sus brazos! Y ahora, de manera mucho más consciente que la primera vez.Pupy había llegado a mi corazón y juro que por primera vez en mi vida, sentía algo así, claro que tenía miedo de estar a su lado, y por muchos motivos, pero sus besos era tan potentes, tan insolentes, que no me pude alejar, no me pude desprender de su boca, disfrutando cada beso y cada caricia que iba subiendo de tono y las estaba espero, mi vientre era puro fuego, lo deseaba, sí, deseaba ser suya, no quise pensar en el después, en ese momento, sus manos me quemaban, y mi razonamiento no existía.Los sentimientos afloraron, confusos, eso sí, pero no era momento de analizar nada.Mi piel estaba ardiendo y sus manos y sus besos, me deleitaba de placer.Eso no se iba a quedar en besos y caricias prohibidas, todo iba avanzar y yo no iba a detener nada, estaba gozando, estaba sintiendo, me estaba quemando con su fuego.Mi falda levantada
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