Por Emma.
Abrí la puerta en silencio.
Posiblemente Pupy ya la estaba esperando e iba a terminar con ella, lo que comenzó conmigo, seguramente dentro de unos momentos, su… vino caliente, terminaría dentro de… otra copa.
Me asombró su confusión, porque creo que era verdadera, no era tan buen actor y aparte, no tendría porqué disimular que la estaba esperando.
¿No esperaba verla?
Eso es imposible.
Yo giré, estaba demás allí.
Ya no era mi espacio laboral.
Tampoco era la nube en donde flotaba momentos antes.
Era una oficina, lujosa, con un aspecto muy personal, con buen gusto, tanto que Grace, parada allí, cerca de ese hombre que destilaba sensualidad, era el adorno perfecto.
-¡Emma!
No me detuve.
No quería hablar con él ni escuchar una tibia excusa, disimulada delante de su amante.
Quizás a esta altura ella era algo más que su amante.
Eso no lo había pensado.
¿Acaso a él le daba igual cualquier mujer?
En eso se equivoca conmigo, pude haber tropezado dos veces con la misma piedra, pero eso