—Déjate de tonterías, no necesito tu estúpido arrepentimiento. ¿Dónde está la chica? —espetó Norman, agarrando a Fatima por el cuello y tirándola hacia adelante. Su voz temblaba, no por debilidad, sino por pura rabia mezclada con miedo, mientras que perlas de sudor le rodaban por la frente.—Si le pasa algo a Julie, Bob y yo seremos hombres muertos. ¡No entiendes quién es su hermano!El rostro de Fatima se puso pálido mientras balbuceaba: —Fue... fue... fue mi primo, Robert. Lo juro, no sabía que iría tan lejos, él se la llevó... no sé a dónde, pero por favor, yo no soy la persona que buscas —Ella se arrodilló, temblando incontrolablemente, con las manos juntas en una desesperada súplica.La mandíbula de Bob se tensó mientras gruñía: —Robert... ese hijo de puta, yo mismo le arrancaré la columna vertebral.Norman, sorprendido, se giró hacia Bob y le preguntó: —Espera, ¿conoces a ese tipo?Bob asintió bruscamente a la vez que contestaba: —Sí, es una de las ratas callejeras a la que
Ler mais