Ana aun no puede superar la forma en que Alena se mueve como si fuera dueña de todo…“Maldita desgraciada, recién llegada de sangre sucia” piensa, al mismo tiempo que se queda entretenida con lo que mira a través de la ventana.Ahí, justamente en la parte baja, se encuentra un campo de entrenamiento amplio y plano, pero sobretodo inundado de guerreros sin camisas, sudados y completamente arrolladores.La piel de la mujer madura se eriza por completo.Solo de pensar en poder poseer a cualquiera de ellos le hacía sentirse veinte años más joven.Incluso el Alfa Randolf y Beta Igor, quienes se encontraban practicando estrategias de lucha y entrenamiento con solo unos pantalones ligeros, rodeados de otros tantos guerreros musculosos, fuertes, sudados y poderosos, la hacían suspirar como una colegiala principiante, que estar deseosa de sentir el despertar de su loba al mismo tiempo que su ropa interior se humedecida...Ana se muerde el labio inferior emocionada, aunque en ese instante una ma
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