Capítulo 46.
Randolf sentía que la sangre en sus venas se congelaba.
— ¡¿Pero por qué?! ¡¿Por qué se cancela?! ¡Eso es imposible el rey Alistar Campbell ya se comprometió, el dio su palabra.— dice Randolf al mismo tiempo que observa a través de sus ojos los recuerdos de la imagen de Alena sonriendo para todos los demás.
— Ella ha decidido no continuar con el enlace programado y su padre la respalda.— Responde con una voz tajante el anciano.
— No, no, no, abuelo… Vuelve a hablar con ellos… Vuelve a decirles que no que ya dieron su palabra es más oblígalos a aceptarme de nuevo, yo…
— ¡Que no! — declara su abuelo de manera contundente su voz parece un trueno.— No pienso rogar por absolutamente nada. Ellos han humillado y arrastrado el valor de su palabra. Ahora soy yo quien no los quiere en mi linaje sería rebajarse a su nivel.
— No, abuelo, por favor, entiende. Yo…
— Por favor, Randolf— interrumpe su padre con desdén, había estado observando desde la distancia el comportamiento tan deplorable y