El amanecer llega de manera inevitable.—Randolf, te necesito aquí, te necesito a mi lado— susurra Alena al mismo tiempo que se encuentra a la expectativa de ver, a través de la ventana de su habitación, esa en la que habían compartido tantas noches llenas de pasión, algún indicio del regreso de su amado Alfa.Habían pasado demasiadas horas buscando a la bestia y el amanecer solamente anunciaba que no habían tenido éxito.—Necesito ser fuerte, necesito enfrentarlo— susurra Alena al mismo tiempo que aprieta sus manos, dejándose llevar solo un instante por el deseo y la necesidad de sentir el calor de Randolf consolándola, haciéndola sentir fuerte.—Lo hago por ti, mi amor— susurra Alena— solamente por ti.En ese momento ella decide darse vuelta y con su enorme vestido en tono negro, justo el mismo color que había empezado a utilizar desde el instante en el que había llegado a los brazos de Randolf, levanta su mirada altiva y comienza a caminar en dirección de la gran sala donde se encue

La sala de juicio había iniciado en contra de la fae y ahora todos estaban juzgando y buscando el punto débil del mismísimo Alfa Randolf.Fae Ophelia intenta mantenerse en cordura y tratar de agarrarse de cualquiera que sea la situación para tener un gramo de control o poder sobre la situación.Sin embargo, en ese momento Caelion interfiere.— ¡Ya no mientas!— grita el atractivo fae de manera contundente.— Tú eres una traidora y en ese instante en el que decidiste faltar al honor que caracteriza a nuestro mundo mágico, tú tienes la obligación de enfrentar a tus padres y ser castigada por ellos, de tus labios no sale un solo gramo de verdad, no permitiré que manches el honor de Alfa Randolf.Todos desvían la mirada del fae a el Alfa.— Solo tienes una oportunidad. – Jadea Caelion esperando ablandar el corazón de la pelirroja— Dime, ¿quién es el padre de la cachorra que has dado a luz?Ophelia baja la mirada de manera contundente y declara.— No lo sé, el único licántropo con el que he e

Mientras tanto el tiempo pasa, Alfa Randolf, Beta Igor y varios de sus guerreros de mayor confianza se mantienen en un constante ir y venir ante los intentos de rastreo de los cazadores.— Esto no puede ser posible— declara Randolf frustrado al mismo tiempo que toma licor fangoso y lo siente atravesando su garganta.— Necesitamos encontrar dónde es que dan cacería a nuestros guerreros.— En este punto— declara Beta Igor acercando unas hojas al alfa—con todos los reportes, los guerreros desaparecidos tienen tomados tres de los cuatro puntos. Norte, Este y Oeste están en peligro.— No, no, no puede ser. Esto es prácticamente imposible— declara Randolf al mismo tiempo que aprieta tanto el vaso de licor que lo revienta en su mano haciéndose añicos por completo y abriendo una enorme herida en su palma que sangra demasiado.En ese momento, Gilmer abre la puerta de la oficina y sorprende a todos.Su cuerpo se encuentra inundado de arañazos, heridas, incluso varias partes de su cuerpo están

Mientras tanto, Todd comienza a organizar el control de los miembros de guerreros que se encargarán de mantener en perfecto estado y seguridad las peripecias de la manada Colmillo sombrío. Sin embargo el guerrero aprovechó una pequeña ventana de oportunidad para encontrarse con Varya y despedirse, ella era uno de los elegidos para continuar con la lucha en el exterior.Ahí, solos, en medio del bosque, él comienza a acercarse de manera decidida, con el corazón atiendo acelerado y la incertidumbre respirando en su nuca.— Varya, yo tengo mucho que agradecerte. Tengo mucho que decirte.Sin embargo, en ese momento, ella sonríe y de manera inesperada se siente conmovido por esa sonrisa y la besa sin pensarlo solo por impulso.Los nervios del rastreador son una bola de confusiones, no sabía si lo iba a aceptar, porque ambos saben perfectamente que no eran mate destinado del otro.Sin embargo, tenían un enlace tan profundo que era una especie de espiral que los atraía uno al otro.El beso s

El sol se esconde por el horizonte y Alfa Randolf, así como cada uno de los guerreros que lo acompañaban, estaban llegando al castillo, el mismo lugar de su manada que se suponía debía estar seguro e inquebrantable.Sin embargo, en el instante en que sus guerreros alcanzan a identificar el estado tan deplorable y el dolor a hollín que los estaba inundando, Randolf teme lo peor.“ ¡No, Alena, no, por favor, no pude haberte perdido!”En ese momento el lobo de Randolf comienza a correr desesperado en un intento por encontrar una posible solución.La guardería, el lugar donde se encontraban cada uno de los cachorros, estaba completamente vuelto cenizas al mismo tiempo que el lugar de honor de guerreros veteranos, se había derrumbado a volverse solamente una montaña de escombros.~ ¡Busquen a su Luna! ¡Ahora es una orden!~ Randolf se sentía igual que cuando la había visto enlazarse con otro.Su cuerpo había dejado de reaccionar ante sus indicaciones y una corriente electica había comenzad