Capítulo 102.
En ese momento, Alena había estado envuelta en el rostro maravilloso y los ojos en tono gris de Alfa Randolf que no había notado que detrás de él se encontraban los guerreros Todd y Vanya arrastrando a un guerrero, ese mismo que había desaparecido tiempo atrás.
Alfa Randolf voltea a ver a Ophelia y ella comprende la gravedad de su situación.
Ella jadea.
—¡No, no, no! —grita Ophelia desesperada.
—¡Silencio! —ordena Alena, al mismo tiempo que se encuentra esta vez de pie y de manera imponente acercándose unos pasos hasta quedar a la altura de Randolf.
El guerrero, que traían encadenado y con muestras de haber sido encerrado por mucho comienza a hablar desesperado.
—Yo soy el guerrero Jonas, miembro del cuartel del lado oeste. —En ese momento busca la mirada de consuelo de parte de Ophelia, quien en ese momento solamente mantiene los labios apretados y aprieta los puños de manera frustrada.
“Si ese maldito bastardo habla y dice la verdad, mi victoria se escapará como agua sobre el fuego”