Fernando salió de la habitación de Félix después de estar durante horas encerrado con su hermano. Antes de salir de la casa se encontró frente a frente con Ximena en el jardín y para ambos fue imposible no acercarse el uno hacia el otro.—¿Cómo te fue?—, preguntó Ximena para romper el silencio. —No fue fácil. Pero, al final nuestra hermandad habló por nosotros—, respondió Fernando con una sonrisa satisfactoria en su rostro. —Entonces, ya puedes regresar a tu castillo. —¿Castillo?—, Fernando dejó escapar una carcajada—, Si supieras que no quiero estar en ese lugar. —¿Estás bromeando? ¿No es cierto? —No, Ximena. Desde que ustedes se fueron esta mañana, esa mansión se convirtió en un cementerio inmenso. Y el silencio en ese lugar es ensordecedor—, confesó. —Quizás ese sea el precio de ser el único heredero de la fortuna Lancer. —Tú sabes mejor que nadie que nunca quise esa fortuna. Solo quería darle una lección a Félix. —¿Y no te parece suficiente? —Más que suficiente. —¿Enton

—¡Taxi!—, gritó Adalberto Mijares levantando la mano en la orilla de la calle. El automóvil amarillo se detuvo y el abogado entró en la parte trasera del vehículo. —¿Español?—, preguntó Adalberto con la esperanza de que ese hombre ucraniano hablara al menos una pizca de su idioma. —Hi...—, dijo ese hombre gruñón y de mal humor. —Demonios...—, exclamó Adalberto sabiendo que hi significaba no. Usó el traductor de su teléfono para poder hacerle saber a ese hombre que debía llevarlo al centro comercial. La app hizo su trabajo a la perfección y de inmediato el taxi se puso en movimiento. Adalberto viajaba tranquilamente revisando las noticias, cuando una en particular lo dejó con la boca abierta y sin palabras. [ ÚLTIMA HORA! ] [ HEREDERO DE LA FORTUNA LANCER, FERNANDO LANCER, MUERE EN TRÁGICO ACCIDENTE AÉREO ] —Pero... ¿Qué demonios?—, exclamó Adalberto quedando en shock. Marcó de inmediato el número de Haiko Torishima en su teléfono y comenzó una llamada que nunca fue atendida

Al día siguiente muy temprano.Félix Lancer entró caminando lentamente a la mansión Lancer nuevamente después de solo una par de días de haber salido. Podía sentir el poder en sus manos y también esa sensación de ser imparable. Ahora era el único a cargo de la fortuna de Facundo y nadie podía decirle que hacer. Además de tener un heredero en camino y el camino libre con Ximena. —¿No es hermosa?—, preguntó Félix a Ximena que estaba a su lado mientras todos admiraban la majestuosidad de la mansión Lancer. —Si...—, dijo Ximena fingiendo una sonrisa. —A mí si me parece hermosa—, dijo Abigail para inmiscuirse en la conversación. Pero Félix la ignoraba por completo. En ese momento Urdaneta salió luego de darle una ronda preventiva a la mansión.—Está despejada, señor. El lugar es seguro—, dijo Urdaneta. —Excelente. Ahora quiero que hagas algo—, respondió Félix. —Lo que usted diga, señor..—Quiero que contrates nuevamente a todo el staff de escoltas que teníamos antes, y quiero que c

Ximena había estado marcando el número de Félix durante un par de intentos. Pero, siempre la llamada terminaba en el buzón de voz. Ni siquiera leía los mensajes a pensar de que si le llegaban. —¿En dónde diablos estará?—, se preguntó a sí misma sabiendo que no estaría en GIGA CORPORATION. Decidió caminar un poco por la mansión hasta que se topó con una mujer de aspecto extraño. Era un poco obesa, jorobada, y su cabello era un nido de pájaros. —Disculpe... ¿Quién es usted?—, preguntó Ximena al verla en ese lugar. —Soy la nueva ama de llaves—, respondió esa mujer con arrogancia sin importarle que estaba hablando con la dueña de la mansión. Ximena se vió obligada a cubrir su boca y nariz de inmediato al sentir el fuerte y desagradable olor que salía de la garganta de esa mujer. Y ni hablar del olor a cebolla que salía de alguna parte de su cuerpo que Ximena no se atrevió a averiguar. Miró en el gafete y descubrió que su nombre era Rufina. —¿Rufina?—, preguntó Ximena con las manos

Habían pasado un par de semanas desde que comenzó la búsqueda del bebé. Pero, no habían podido dar con su paradero. Así que Félix fue bajando paulatinamente la agresividad con la cual lo estaba buscando y se centró en cosas más importantes para ese momento. Félix reunió a todo su staff para dar una información muy importante. Todo trabajador de la mansión debía estar presente sin importar su puesto o cargo. —Hoy es un día muy importante—, dijo Félix caminando frente a todos sus trabajadores que estaban formados como soldados delante de él—, Hoy tendremos una fiesta de gala en la mansión. Necesito que todos estén a la altura de la ocasión. En ésta fiesta están personas muy distinguidas, como el gobernador Hedler. La primer ministra. Y otro montón de celebridades que no voy a mencionar. Félix los miraba examinando cada detalle. Esa noche debía ser perfecta, y no podía permitir que hubiera ningún tipo de descuido, como lo sucedido con Rufina. —Será la presentación de mi candidato a l