35. Reliquia familiar
Capítulo 35Gabrielle estaba indignada, y más cuando vio que ni Silas ni la abuela decían algo en su defensa, por lo que tuvo que tragarse su orgullo, clavando su mirada en su plato con el hambre extinguiéndose de la frustración.Después de la comida, fueron a la sala, pero tanta gente le molestaba a la anciana, Beatriz se levantó con paso firme y se dirigió al jardín para revisar sus flores y dar un paseo. La luz de la luna que bañaba los caminos de grava y las flores parecían despertar con cada rayo. Tras inspeccionar algunas, llamó a Nora:—Ven, querida —dijo con voz suave pero firme—. Quiero que me acompañes un momento.La mujer sabia que Nora estaba detrás de ella, ya le había dicho a Patricia que la trajera.Nora se levantó, arregló ligeramente su vestido y siguió a la anciana, mientras Silas permanecía adentro, concentrado en su partida de ajedrez con su tío Caius.Caminando entre los parterres de rosas y hortensias, Beatriz no perdió tiempo.—Nora, necesito saber algo —dijo, m
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