—¡Quiero que borres ese video de una buena vez! Quiero que dejes de publicarlo, en las pantallas de la fiesta ahora mismo... —Triana habló casi en un grito alterado, lo que hizo que Orión y Destiny rieran un tanto divertidos.La verdad era que planeaban haberse marchado para cuando el video estuviese en transmisión, no imaginaron que la situación tendría que terminar de aquella manera.—Lo lamento, no sé de qué hablas. ¿Por qué nosotros habríamos de tener un video del que hablas? En primer lugar, hemos estado aquí todo el tiempo, ¿cómo podríamos haber puesto un video del que hablas? —Destiny habló con un tono un tanto curioso y hasta podría decirse que lleno de burla.Mientras Orión observaba a las personas a las afueras, el hecho de que ahora mismo Triana estuviese en el suelo no era bueno. Orión se acercó a Triana y habló con tranquilidad.—Triana, déjame ayudarte a levantarte, te ves un tanto lastimera de esa manera —Triana observó a Orión llena de odio, decidió que, si no podía co

Alaric Winter parecía un león enjaulado, caminaba de lado a lado, lleno de incredulidad. No podía creerlo, no cuando él estaba seguro de que solo debía hablar con ella, solo necesitaba un momento. Le diría toda la verdad. Le contaría cada cosa que ella necesitara saber. No podía perderla, no cuando estaba loco de amor por ella…—Mi señor… lo lamento, no la logro encontrar. Llevamos una semana y…—¿Cómo es posible que mi esposa desaparezca de la nada?El secretario Frost negó, un tanto incómodo, más ante el hecho de que antes de irse la señora había hecho un completo desastre en la alta sociedad de la ciudad, pues al parecer tenía videos del maltrato que había sufrido al lado de la familia Winter.Sobre todo, por la amante del señor, aquella que ahora estaba en su hogar encerrada, por temor a lo que podían llegar a hacerle, pues había recibido grandes insultos por internet, incluso amenazas hacia su seguridad.—Creo que ahora deberíamos concentrarnos en la señorita Ayesa, sobre todo an

El secretario Frost corría por los pasillos de las empresas Winter, parecía realmente preocupado, más cuando estaba a punto de entrar en la sala de reuniones y escuchó el gran grito que resonó en el lugar.—¿A esto llaman propuesta? ¿Qué clase de ridiculez es esta? —El secretario Frost dio un pequeño salto al notar, a su ingreso en la sala de reuniones, cómo Alaric Winter lanzaba con brusquedad a la mesa la carpeta recién entregada.—Lo lamento, señor, creíamos que...—No les pago para creer, les pago para rendir en su trabajo... Tal vez debería conseguir personas más aptas para su trabajo...Los empleados se habían puesto pálidos como un papel. Trabajar en las inmensas empresas Winter era el sueño de todos. Conseguir ser parte de un equipo de trabajo como aquel era una pesadilla, pero el renombre era impresionante.Las empresas Winter se habían consolidado como uno de los lugares más acaudalados del mundo, su jefe, quien estaba tan concentrado en el crecimiento global, lo había conse

—¡Cosette! —la voz de Sierra, llena de pánico, se escuchó detrás de la niña. Los ancianos Blaine aparecieron tras ella, sus rostros palidecieron de sorpresa y terror al asomarse de inmediato.Mientras tanto, Rachel se había puesto tan pálida como un papel.Su hija estaba allí, mostrando una sonrisa brillante, mientras la mirada incrédula de Alaric estaba fija en ella, sin mover un solo músculo.La mano del magnate se alzó, y con una delicadeza temblorosa se acercó para acariciar a la niña, que era la viva imagen de la madre de Alaric, la viva imagen del gran cuadro que su abuelo tenía en su habitación.—¡No te atrevas a tocar a mi hija! —Orión se interpuso entre Alaric y Cosette. Rachel, que no podía mover un solo músculo, estaba tan pálida que incluso se podría jurar que estaba a punto de desfallecer.—¿Tu hija? ¿Desde cuándo los Blaine tienen hijos que son dignos de los Winter? —Era claro que Alaric no creía las palabras de su ex amigo. Sierra, a pesar de estar tan pálida como Rache

Los pasillos de la Corporación Winter se llenaban con la imponente presencia de Alaric Winter, el hombre que había desaparecido hace cinco años y regresaba sin más.Todos los que lo observaban sentían que, si antes había alcanzado la cúspide, ahora podía ser dueño del mundo si se lo proponía.Era uno de los hombres más sublimes y respetados a nivel global.—Mi señor… —el secretario Frost habló con incomodidad.Alaric lo ignoró por completo y siguió su camino hasta abrir la puerta de su oficina, donde se sentó en su costoso asiento. Observó a su secretario como si fuera un bufón ante un rey tirano y cruel.—Habla de una buena vez, espero que tengas las respuestas que estoy buscando…El secretario tragó en seco. Lo cierto era que había tenido muy poco tiempo, había puesto a los mejores investigadores a trabajar para obtener resultados, por lo que esperaba que la respuesta que estaba a punto de darle agradara a su exigente y cruel jefe.—Según las investigaciones, la familia Blaine indic