Las flores rodeaban por completo la sala de la mansión Blaine.Rachel observó todo el lugar sin poder creerlo, su expresión era una clara muestra de sorpresa.Mientras, su pequeña hija, Cosette, mostraba una enorme sonrisa y, con una flor en mano, corrió hacia ella, llamándola con entusiasmo.—¡Mami, ¿lo ves?! ¡Son hermosas, las más hermosas…!Rachel no pudo evitar mostrar una pequeña sonrisa a su hija, mientras se preguntaba ¿de dónde habían salido todas aquellas flores?—¡Son hermosas, cariño! Sin duda hermosas —Rachel recibió una de las flores que su hija le entregaba, y mientras le daba una olfateada, observó cómo una sonrisa brillante surgía aún más de su hija—. ¿Quién las envió? ¿Te las ha dado tu tío?La pequeña negó con una sonrisa pícara, y de la nada entregó una tarjeta a su madre, mientras corría animadamente hacia su abuela, entregando otra flor.La mujer sonrió y observaba la situación igual de sorprendida. ¿Cómo era que la niña tenía tantas flores?La expresión de Mara n
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