Un estruendo resonó en el lugar. Además de los padres de Jared, que estaban en shock, la mirada de todos los presentes en la mesa se dirigió al origen del ruido: Alaric Winter y su acompañante.
Alaric, visiblemente conmocionado, había dejado caer el vaso de cerveza que poseía en sus manos.
Orión Blaine, que estaba a su lado, comenzó a toser de manera escandalosa al ver que todo se había revelado de aquella manera.
—¿Qué dijiste, Jared North? —La voz ronca y entrecortada de Alaric Winter resonó.
Jared, que estaba allí, observó a Alaric sin saber qué decir. Pero antes de que siquiera él pudiese responder, la madre de Jared habló, cargada de lo que parecía una furia creciente.
—¿Qué acabas de decir, Jared? —La pregunta de nuevo resonó, ya que la mujer ni siquiera había escuchado la pregunta de Alaric Winter. Estaba tan concentrada en su hijo, que no había notado la presencia de los dos hombres.
—Por favor… ¿Es que no lo habías notado? Yo lo supe desde hace mucho tiempo, incluso podría de