Cuando Raina despertó, notó que estaba entre los brazos de Iván.La noche anterior, él la había abrazado al entrar a la casa y la soltó para hacer una llamada. Ella se dio una ducha y se acostó. No supo cómo se quedó dormida ni cuándo Iván regresó. Lo único que sabía es que ahora estaba acostada junto a él. Ellos solo eran un matrimonio de fachada, pero ahora se sentía como algo real.—A la señora Herrera le encantan los abrazos —dijo Iván, haciéndola espabilar.En cuanto lo oyó, trató de apartarse de él, pero notó que él tenía las manos en su cintura. Así que...Probablemente por no haber tenido padres desde chica, Raina carecía de seguridad. Estaba tan acostumbrada a abrazar su muñeca cuando dormía, que incluso a su edad, todavía tenía una muñeca grande en su cama. Necesitaba abrazarla para sentirse tranquila.La noche anterior, lo había confundido con su muñeca.Pero, claro, no podía decirle eso. No quería problemas tan temprano.—Iván, a partir de ahora, cuando yo duerma en la cam

—¿Salí un momento y ya vinieron a conquistarte? —preguntó Iván al regresar.Raina estaba sentada ahí, mirando al vacío, ni siquiera alzó la vista cuando él volvió. Aunque no estuvo en casa, parecía saber todo lo que pasó. Sabía que Román había estado allí.Raina lo miró y pensó en el mensaje que envió por error. Después recordó cómo Iván se agregó a su WhatsApp, lo que parecía explicarlo todo.Resultaba que Iván ya sabía que ella tenía el contacto de Román en WhatsApp, por eso hablaba de manera tan cortante con él, sin ningún respeto.Antes sospechaba que los problemas entre ellos se debían a Celia o a la esposa de Román, pero ahora entendió que ella era la causa de todo.Pero no podía enfrentarlo, de otra forma, sus encuentros futuros serían muy incómodos.—¿Cuándo nos vamos? —preguntó Raina, sin responder a su comentario.Iván traía una camisa de seda negra, con el cuello un poco abierto, lo que le daba un aire más relajado. —Pensé que no querías irte —le dijo él.Raina ignoró la cu

—¡No... Iván, yo, yo...! —Diego sintió que no podía explicarse bien.Iván puso el vaso que tenía en las manos sobre la mesa, tomó su chaqueta y se paró para irse. Diego, agarrándose el cuello, logró controlar la tos.—¿A dónde vas?—¡A buscar a mi esposa! —dijo Iván, tan natural y despreocupado.—Espérate, he escuchado varios chismes de tu esposa estos días. —Diego logró detener a Iván con eso.Sabía que no debía tocar ese tema, pero ya que lo mencionó, tenía que ser sincero.—Muchos han pagado por información de tu esposa.Con la fama llegaba la envidia. Aunque Raina no era famosa, al casarse con Iván, de repente se volvió conocida y todos la observaban: algunos por celos, otros por admiración, y otros con malas intenciones.Iván lo miró con seriedad, y Diego sintió un escalofrío, mientras siguió hablando.—Antes su vida era tranquila, pero ahora, por tu culpa, es un desorden. ¿No te sientes culpable?—¿Qué quieres decir? —La voz de Iván sonó grave y peligrosa.—Celia volvió, ¿ya está

El aire de la mañana era fresco, pero el cuello de Raina estaba caliente.Era su respiración, y él estaba tan cerca... Nadie podría imaginar que Iván tendría un lado tan infantil y consentido.Raina sintió que su corazón daba un saltito, una sensación que no supo describir en ese momento, pero era como si no pudiera alejarlo.Ella miraba cómo el resplandor del amanecer se volvía cada vez más brillante, tan brillante como... una herida abierta.De repente, una imagen cruzó por la mente de Raina, y soltó un poco a Iván.—Iván —dijo.—¿Sí? —respondió en voz muy baja, como si de verdad estuviera por dormirse.—No tienes que intentar complacerme tanto, yo también haré todo lo posible por ayudar a que Celia despierte. —su voz sonó tensa desde que dijo su nombre.Al escuchar eso, Iván la abrazó más fuerte.—¿Cómo?Lo que ella dijo no podía malinterpretarse.—Iván, te casaste conmigo por Celia, aunque ahora no sé si fue por venganza, por rencor, o si de verdad quieres que se recupere. Pero te

—¿Cuándo crees que fue? —Iván abrió la puerta del apartamento frente al de Raina, dejándola sin palabras.Cuando ella compró ese apartamento, la unidad de enfrente ya estaba ocupada, y el agente de ventas le había dicho que los inquilinos llevaban más de un año viviendo ahí. Entonces, ¿estaba sospechando de Iván sin razón?¡Qué raro!No podía ser que él hubiera adivinado que ella compraría ese apartamento y lo hubiera comprado antes que ella, ¿verdad?Pero también había una posibilidad, que ella fuera influenciada para comprar el apartamento. Sin embargo, en este momento, hablar de eso no tenía sentido.—Descansa bien —dijo Raina y entró a su departamento. Se apoyó en la puerta y cerró los ojos con cansancio.Aunque estaba ansiosa, Raina trató de no pensar en nada, intentó obligarse a dormir, pero no pudo. No lograba conciliar el sueño.Para tratar de dormir, abrió una botella de vino, pero cuando casi la terminaba, descubrió que entre más bebía, más despierta se sentía.Esta sensación