CAPÍTULO 52IKERAl fin mañana es el día del amor. Estos días he estado planeando la sorpresa para mi Danielita; no se imagina lo que le tengo preparado. Sonrío. Cada día estamos más enamorados; me he dedicado a hacerla sonreír, cada mañana le dejo rosas rojas y blancas con una notita.El trabajo ha estado muy bien; gracias a Dios he tenido mucho. De hecho, ahora coloqué luces LED de colores a un vehículo y la muchacha se fue feliz. Disfruto mucho ver a mis clientes satisfechos, que se vayan contentos por mi trabajo.Danielita también ha estado igual que yo, con mucho trabajo. En algunas ocasiones se salía de su trabajo y venía a mi taller; nos encerrábamos y hacíamos el amor en mi escritorio. Esas cosas son las que más disfruto. Danielita es apasionada; me enloquece.Otras veces nos escapábamos y nos íbamos lejos. Una vez, la novia de Mateo le estuvo hablando y nunca le respondió hasta el día siguiente. Nos reímos mucho, porque Xiomara le dijo que también dejaría botado el trabajo y s

CAPÍTULO 54DANIELA—Es el mejor 14 de febrero que me has dado.—Iba esperando este día, ver tu carita al descubrir tu sorpresa.—Me encanta todo.Acuna mi rostro y me besa con ternura, poco a poco profundizando el beso. Me acuesta con delicadeza sobre la cama y con mis tobillos empujo mi cuerpo para quedar mejor.Besa mi cuello mientras acaricia mi pecho, pellizca mis pezones; mi cuerpo tiembla y gemidos escapan desde el fondo de mi garganta. Su mano baja acariciando mi pierna, mi muslo, hasta llegar a mi intimidad. Arqueo la espalda, enredo mis dedos en su cabello, beso su clavícula y sus labios. Gimo mientras corrome deliciosamente.Me pongo encima de él, con una sonrisa traviesa. Dejo besos húmedos en su cuello, me deslizo a besar su pecho, bajando muy despacio. Iker se retuerce en el colchón, río divertida; lo haré sufrir como él también lo hace.Nuestros ojos se encuentran, hay oscuridad, deseo. Juego con él; su mano se posa en mi cabeza, deseando que le dé amor en su virilidad.

CAPÍTULO 56DANIELAToda la familia nos encontramos en el hospital. Mamá Lore se puso mal: una mañana ya no despertó. Lety le hablaba y nunca respondió, había entrado en coma, como hace un año en Estados Unidos.Veo a Iker acercarse a mí, me da mi chocolate caliente y se sienta a mi lado, besa mi cabeza.—¿No has entrado a verla?Niego.—Mis tías y Damián están adentro, ahorita que salgan entraré con Becky.Asiente.—Okay, mi amor.Me abrazo a su pecho.Platico trivialidades con Caroline.—Iré al baño.Iker asiente.Hago mis necesidades, al salir del cubículo me da un leve mareo. Me recargo sobre el lavamanos, respiro despacio, lavo mis manos. Suspiro y salgo.Me acerco a mi tía Esther, que se encuentra con mi tía Martha, hermana de mamá Lore. Me siento a su lado.—¿Cómo has estado? —me pregunta tía Martha.—Bien —le esbozo una cálida sonrisa.—Danielita es una excelente cosmetóloga —comenta tía Esther, y yo le sonrío.En ese momento mis tías y Damián aparecen en la sala de espera. Be

CAPÍTULO 58DANIELADespierto mareada, me doy cuenta de que estoy acostada en uno de los sillones. Iker me mira preocupado; es la segunda vez que me desmayo. La primera vez fue cuando mi corazón me estaba fallando y me hicieron el cateterismo.—¿Qué me pasó? —pregunto con debilidad.—Que te desmayaste, amiga —me dice Xiomara.—Nos diste un buen susto —habla Virginia.Respiro despacio mientras pongo mi mano derecha sobre mi pecho.—Tenemos que ir al cardiólogo, quiero que te revisen el corazón.Niego.—No es necesario, ya me siento bien. Debe ser el cansancio, estar yendo con mi prima al gym y al cerro… mi cuerpo no está acostumbrado a hacer tanto ejercicio —miento.Sospecho lo que realmente me pasa, y también estoy cayendo en cuenta de los síntomas de Iker. Mis labios dibujan una pequeña sonrisa.Le doy un suave beso en los labios, acaricio su rostro.—Estoy bien, de verdad, no tienes de qué preocuparte.Me mira no muy convencido, pero termina por besarme la frente. Me ayuda a levanta

CAPÍTULO 60IKERDanielita estuvo en observación; la misma enfermera que me cuidó también estuvo a su lado. En un momento vendrá la doctora para ver cómo va nuestro bebé; dependiendo de lo que diga, nos iremos a casa.Entro a la habitación y saludo a Viry, quien me devuelve una sonrisa. Me acerco a Danielita y la beso en los labios.—¿Cómo te sientes?—Ya mejor.Nos damos una suave sonrisa y beso su frente. Viridiana se despide, pues debe ir a ver a sus demás pacientes. Hace poco que entró a trabajar en este hospital; como pediatra, será quien atienda a nuestro bebé.Me acomodo a su lado; Danielita me abraza y dejo un cálido beso en su mejilla y en sus labios. No he querido despegarme de su lado. Mi mamá se ofreció a quedarse con ella anoche, se lo agradecí, pero no quise separarme de su lado. Hoy en la mañana fui a la casa a darme un baño y a desayunar algo; mi mamá se quedó un rato, y cuando llegó mi prima, se fue a su trabajo.Tenemos entrelazados nuestros dedos, y acaricio su mano