Jared, eufórico por el éxito de Isabel, la llevó a "Cielo", se había convertido en su lugar ideal de celebración. La terraza en la azotea del rascacielos era el escenario perfecto para una celebración. Rodeados por el mar de luces de la ciudad, se sentían en la cima del mundo, invencibles.—Un brindis —dijo Jared, levantando su copa de champán—. Por la nueva reina del marketing de esta ciudad. Estoy increíblemente orgulloso de ti, Isa.—Por nosotros —respondió ella, chocando su copa con la de él, su corazón rebosando de una felicidad que era casi dolorosa.La primera parte de la cena fue un sueño. Isabel se esforzó por estar presente, por sumergirse en la alegría del momento. Se rieron, hablaron de la locura del día, hicieron planes de viaje para sus próximas vacaciones. Ella se sentía genuinamente feliz, anclada en la certeza de la mirada de él, en la calidez de su mano buscando la suya sobre la mesa.Pero a medida que la noche avanzaba, la parte complicada, el secreto que había posp
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