Capitulo 70. La Sonrisa del Depredador
La vibración del anillo fue una descarga eléctrica, una señal de triunfo tan intensa y tan silenciosa que resonó en cada fibra del ser de Isabela. Lo tengo. Pero la euforia fue un destello fugaz, una estrella fugaz en un cielo que se oscurecía rápidamente, aniquilada por la mirada de Marco Bellini. No era una mirada casual, no era la de un invitado curioso. Era un análisis. Frío, preciso, un láser enfocado directamente en su mano, en el anillo, en el preciso instante del contacto.El pánico, helado y afilado, amenazó con ahogarla, con paralizarla. Cada instinto primario le gritaba que corriera, que se arrancara de Ricardo, que desapareciera. Pero la estratega, la reina forjada en el fuego de las últimas semanas, tomó el control. Su rostro permaneció impasible, una máscara de frágil sumisión que esperaba que fuera convincente. Su misión acababa de cambi
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