Bebé secreto del CEO
Bebé secreto del CEO
Por: Ellie
Uno

No quise aceptar lo que escuché en ese momento.

Una parte de mí aún no comprendía lo que había pasado, desde que manifesté mi segundo género en la primera he estado viviendo como una Beta sin ningún tipo de cambios.

¿Entonces qué diablos es lo que este tipo está diciendo de repente?

— Eres una omega, sin ninguna duda. — Repitió el doctor al ver mi estado de trance. — La razón por la que fuiste diagnosticada erróneamente es porque tus feromonas son demasiado inestables, su nivel de actividad era demasiado escaso, como si estuvieran dormidas pero hubo algo que las sacudió...

Mis ojos escanean el montón de papeles sobre el escritorio con incredulidad, incluso mis dedos tiemblan al sujetar una hoja de papel.

— ¿Cómo...? ¿Siquiera es posible que algo como esto ocurra? Nunca he conocido de un caso donde una persona cambie su segundo género como si estuviera mudando de piel.

El doctor vuelve a revisar los documentos.

— Es un caso médico bastante raro e inusual, pero ten por seguro que no es imposible. — Dice él. — Un alfa dominante pudo ser la causa directa, por lo general ellos suelen tener problemas para controlar sus feromonas explosivas y necesitan un omega dominante para eso, los cuales son bastante difíciles de encontrar dada su baja natalidad, pero tú, querida, eres una de ellos.

«No, no puede ser ¡Yo no puedo haberme convertido en una omega de la noche a la mañana!»

— Debe haber algún error. — insisto, mi voz temblaba ligeramente mientras miraba el rostro impasible del doctor. —Mi familia... Estoy segura que no hay omegas.. ¿Cómo podría ser esto posible?

El doctor se ajustó las gafas.

— La genética puede ser algo curioso, señorita. Estos rasgos pueden permanecer latentes durante generaciones, solo para resurgir inesperadamente. Si bien su historial familiar inmediato puede mostrar un linaje de Betas, es completamente posible que un ancestro lejano portara el gen Omega dominante. Solo se necesita uno.

Me miro las manos por inercia, no he notado ningún cambio signifiativo en todos estos años que me relacione con ser una omega dominante, me siento igual que siempre y aun así las palabras del doctor siguen dando vueltas en mi cabeza.

— Es bien sabido que los omegas dominantes tienen una mayor probabilidad de tolerar las feromonas descontroladas de los alfas dominantes debido a su propia presencia fuerte, no hay errores en esto, señorita.

Yo solo asentí, no quería creer en las tonterías que estaba estaba escuchando, en ese momento me sentí en completo trance, como si mi cerebro estuviera haciendo una protesta en contra de lo ocurrido.

— De cualquier modo todavía es muy débil, podría volver a ''dormirse'' fácilmente, por lo que aconsejo que pase más tiempo con su esposo si quiere estabilizar por completo su ciclo, además también será beneficioso para el bebé recibir las feromonas de su padre, no es por ser supersticioso pero dicen que ayuda a que se desarrollen como alfas.

Porque sí, no solo mi segundo género había cambiado, también estaba embarazada.

«Las sorpresas nunca vienen solas... ¿Verdad?»

No puedo evitar reír nerviosamente con el corazón acelerado mientras el doctor revisa los ultrasonidos del bebé que vivía dentro de mi vientre sin haber sido notado por nadie hasta ese día.

— ¿Y qué debo hacer para eso?

— Por lo general, tener sexo.

Me atraganto con su propia saliva, el doctor me miró por encima de los anteojos y siguió:

— Pero debería bastar estar cerca, el bebé recibirá naturalmente las feromonas de su padre.

Omega y Embarazada, ¿Cómo había podido terminar de ese modo?

Claro, todo era culpa de él. De ese hombre arrogante y orgulloso.

— ¿Qué te dijo el doctor?

Quizá ya lo había notado, pero salí pálida como hoja de papel del consultorio, aferrándome a un montón de papeles que no deberían ser vistos por nadie más que por mí. Ni siquiera me di cuenta de que mi Jefe Ezra había venido a recogerme, escuchar su voz me hizo siobresaltar y terminar escondiéndome los resultados tras la espalda.

Porque el padre del bebé que estaba esperando era nada más ni nada menos que mi propio jefe: Ezra Leif Vance.

«A Partir de hoy puedes considerarte muerta, Lauren...»

— Dijo que todo está bien. — Respondí intentando parecer tranquila mientras ambos caminamos hacia la salida.

Por supuesto, he trabajado junto a Ezra más de la mitad de mi vida, es tiempo más que suficiente para que él sepa cuándo estoy diciéndole la verdad y... Cuando decido ocultársela.

— ¿Haberse desmayado en medio de una junta corporativa ahora significia nada? — Cuestionó. — Voy a tener que ir a charlar con ese doctor.

— ¡No, espera! Estoy realmente bien, no tienes que hacer un escándalo. — Suspiro intentando disimular mis manos temblorosas — Dijo que era por exceso de trabajo, me aconsejó descansar.

Finalmente Ezra frelajó los hombros, creyendo lo que le estaba diciendo.

— Te dije que eres una adicta al trabajo. — Me responde, yo me muerdo el labio, me da mal sabor de boca tener que mentirle de esa manera.

Pero ni siquiera yo misma he aceptado la noticia de que estoy embarazada de su hijo.

¿Cómo podría esperar que él sí lo acepte?

«Y luego está ''ESE'' problema aún sin resolver...» Hago lo posible por caminar derecha, sin mirar a Ezra para no ponerme demasiado nerviosa.

— Ezra, la noche de la inauguración del Resort en la costa.. — Juego nerviosamente con la cinta del cinturón de seguridad.

— Abróchalo bien, no es un juguete.

Cuando Ezra se inclina hacia mí mis pensamientos revolotean hacia todas direcciones, su cabello me hace cosquillas en la bnariz mientras abrocha mi cinturón apropiadamente, está tan cerca que puedo inhalar su perfume amaderado, ese perfume que tanto  me gusta es más intenso que antes.

Entonces, automáticamente pensé:

«¿Qué tal si nunca fue un perfume lo que percibí de él todos estos años...? ¿Y si eran sus feromonas?» Lo miro de reojo, siento que mi corazón se salta un latido al pensar en eso.

— ¿Qué pasó esa noche que dices? Te has quedado callada de repente, lo cual es raro porque tú nunca te callas.

Ja ja.

— ¿Tú aún no reuerdas lo que pasó? — Ruedo los ojos, ignorando el estúpido comentario.

Ezra hace una mueca, a él realmente no le gusta hablar sobre esa misteriosa noche.

— Solo sé que fue una buena noche para nosotros, conseguimos muchos aliados comerciales, luego me dió sueño y me fui a dormir temprano.

Asiento, el lenguaje corproal de Ezra me indica que está decidido a no hablar más sobre eso as que decido no preguntar más.

Pero esa noche fue la que comenzó todo, cuando el celo de Ezra se adelantó por alguna razón y ahora no recordaba ni siquiera la forma en que logró seducme y convencerme de ''ayudarlo''

«Ayudarlo... Con un carajo, ¡¿Cómo puedes embarazarme y ni siquiera recordarlo luego?!»

«Deberías sentirte avergonzada, Lauren...¿Qué derecho tengo a decirle que estoy embarazada?» Me regaño mentalmente.

— Solo creí que... Habías comido algo en mal estado por error, al parecer habían cosas fuera de temporada, escuché que hubieron algunos enfermos, afortunadamente no te afectó.

Ezra suavizó su ceño con su explicación, conmovido, me revolvió el cabello sin apartar la vista del camino, pero yo siento que mis mejillas arden por ese simple gesto.

(Casa de la familia Vance, afuera de la capital)

El camino a la mansión fue tranquilo, yo intentaba no hablar nada sobre mi visita al hospital y llegamos antes de lo esperado a la mansión Vance.

«Nunca me acostumbraré a esto, no importa cuántas veces venga aquí...» Apenas ha pasado un día y siento que no voy a poder soportar la presión, intento bajarme del auto con calma, pero al parecer ni siquiera hacer eso en paz se me permite.

— ¿Qué pasa, Ezra?

Él está tenso, apretando los dientes y sus ojos verdes se oscurecieron como si hubiera visto la cosa más abominable en el planeta, de la nada, Ezra Leif Vance se baja de la camioneta como si su vida dependiera de ello y yo, confundida y sola, voy detrás de él.

La razón del enojo de Ezra tiene nombre y apellido: Una mujer llamada Edith que parece una muñeca de porcelana, esbelta y de largo cabello negro y ondulado estaba esperándolo en la entrada de su propia casa y, cuando ve a Ezra, sonríe.

— ¡Ezra! ¡¿Qué haces?!

Me apresuro a correr a la escena cuando veo que él la tomó del cuello contra la puerta, la gran mano de Ezra alrededor del frágil y delgado cuello de Edith.

— Te dije que no quería verte por aquí esparciendo tus asquerosas feromonas nauseabundas.

Si había algo que Ezra odiaba más que a nada en el mundo era precisamente a los OMEGAS.

¿Ya se entiende por qué estoy tan jodida?

— ¡Ezra, suéltala! ¡La vas a matar! —Trato de interceder, luchando contra su bestial fuerza Alfa para que la suelte.

Edith al borde de la asfixia cae al suelo.

— Si lo entendiste, lárgate a apestar a otro lado. — Ezra frunce el ceño, cubriéndose la nariz y la boca con la mano mientras se aparta rápidamente.

— Será mejor que lo dejes, Edith, no funcinará. — Trato de ser lo más indulgente posible, incluso la ayudo a levantarse del suelo. — Lo has intentado tantas veces y sigue terminando de la misma forma.

— ¿Parezco un chiste para tí?

— ¿Perdón?

Edith me miró con rabia, de un manotazo rechaza mi ayuda.

— Te diré una cosa: Tú-

— Lauren, camina.

Ezra regresó sobre sus pasos, probablemente al ver que yo no había ido tras él en seguida, interrunmpiendo a Edith a media oración.

«Ezra es tan jodidamente grosero con ella que no entiendo por qué no se rinde...» Lo miro de reojo, no pude hacer nada por Edith y solo vi a Ezra cerrarle la puerta en las narices, y no voy a mentir...

Eso fue... Muy satisfactorio.

— ¿Te dijo algo malo esa mujer, Lauren?

— No, señor.

¿Cómo podía esperar el mundo que no desarrollara sentimientos por él cuando sigo siendo tratada de esa manera tan privilegiada?

«Querido Dios, solo quiero permanecer cerca de él... Justo de este modo.»  

Aún tendría tiempo para pensar en qué haría con la noticia que había recibido.

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP