Capítulo 18. Infierno personal
Alejandro CrossEstaba parado en el marco de la puerta, escuchando la revelación de Ivy con una mezcla de sorpresa y respeto creciente. Entonces, justo cuando la tensión parecía alcanzar su punto más alto, la figura de Thalia comenzó a temblar ligeramente.Sus ojos, antes altivos, ahora brillaban con un miedo sutil, y su voz, casi un susurro, rompió el silencio:—Perdón, necesito ir al servicio de damas. Disculpen, no quería interrumpir, pero… creo que necesitan privacidad.Era evidente que su excusa no era más que una cortina para escapar de la intimidante presencia que acababa de descubrir. Al mirar hacia mí, su mirada vaciló, como si me temiera, consciente de que había escuchado más de lo que debería.Apenas Thalia se giró para salir, me sorprendió la rapidez con la que apretó los labios, consciente de que podría haber puesto en riesgo algo importante entre mi socio y yo.Cuando la puerta se cerró tras ella, la habitación quedó solo para Ivy y para mí.La atmósfera cambió, volviénd
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