Tarde tres días en volver en silencio, durante esos días no cruce palabra alguna con Valentino a pesar de notar su preocupación por mi estado. El medico había descubierto que había sufrido un ataque de pánico y le recomendó que lo mejor era mantenerme en completa calma para no despertar en mi la ansiedad y el estrés del momento.Quizás para él era más difícil que para mí el asimilar aquello que mis ojos presenciaron esa noche, la sangre de Michel bajar por su cuerpo inerte, su rostro desfigurado, la sangre por las baldosas de la mansión. Todo se revolvía en mi cabeza como una película de horror. Regresé a mi pasado con aquellas escenas, regresé a aquello que mi mente, mi corazón se negaba a confesar y dejar salir.Porque no me atrevía a decírselo. Aquel pasado me condenaría para siempre ante los ojos de cualquiera y no quería sufrir de nuevo.—No ha probado mayor bocado hoy señor —escucho al ama de llaves decirle mientras mi vista se fija en el paisaje que se dibuja por el balcón—. Me

Me he quedado donde me ha dicho Valentino. Aún sigo escuchando los disparos provenientes de la parte de afuera de la casa, un impulso de salir corriendo para comprobar que no le ha sucedido se cruza por mi cabeza, sin embargo lo freno. Prometí obedecerle a lo que me ha pedido para ponerme a salvo.La puerta se abre, me cubro los ojos creyendo lo peor.—Señora Hazel —escucho la voz de Caterina seguida de su brazo que me jalonea lejos del armario—. Debemos irnos ahora —articula.—¿Dónde está Valentino? —pregunto mientras abandonamos la casa a toda prisa.—Me ha pedido que la custodie de regreso a la mansión.—No podemos irnos sin él —le respondo.—Tranquilícese, no va a sucederle nada —me intenta calmar.Corremos por los escalones, Caterina esta alerta a lo que se cruce en medio del camino, cruzamos el jardín y puedo apreciar cuerpo de hombres muertos. La ansiedad se crea en mi interior. La angustia regresa, no sé cómo logramos salir en medio de disparos que van de parte y parte. Asusta

Me levanto con cautela de la cama sin realizar el mas mínimo ruido, camino en puntillas hasta donde se encuentra una de las mesas de la enorme habitación que compartimos, observo el rico pastel de cumpleaños, fijo mis ojos nuevamente en la cama para cerciorarme de que no se ha despertado.Me las había ingeniado junto a las chicas de la cocina para preparar un pastel especial por su cumpleaños y después de mi múltiple insistencia ellas habían accedido a dejarme entrar a la cocina y prepararlo. ¿El resultado? Un delicioso pastel de dos capas de crema con aderezo de frambuesas y moras y un toque de vino. Exquisito para cualquiera que lo probase.Tomo en mis manos el encendedor y comienzo a prender las velitas que adornan el pastel, treinta y dos en total.—Hmm….—lo escucho removerse en las sabanas, dejo el encendedor a un lado—. Hazel… —alarga la mano a la almohada que he puesto a su lado—. ¿Hazel? —pregunta y al no escuchar respuesta de mi parte ni sentir ningún movimiento se levanta de

Valentino me sostiene fuerte en sus brazos, mientras sus gritos son ahora lo único que me logra mantener despierta.—Hazel, vas a estar bien. Lo prometo—¿Estas bien? ¿No te hirieron?—susurro en medio del caos.—Estoy bien, no te preocupes por mí —me calma.—¿Que ha sucedido? ¿Qué le ha pasado? —La voz de su padre aparece a los segundos—¡No te nos acerques! —le responde furioso él—Giorgio rápido llama al médico —le pide angustiada la señora Alessandra.Valentino me lleva cargada hasta la habitación, me deja sobre la cama. Me revisa y yo me quejo de dolor en la parte de mi brazo.—Vas a estar bien amor —responde y se aleja de la cama para buscar algo.—El medico ya viene en camino.—Dios santo ¿cómo se metieron a la casa? —Interviene la madre de Valentino—. Hay seguridad por todas partes…—Quizás han venido siguiendo a Valentino, quizás se trate de los mismos hombres de Nueva York. No estoy seguro pero tampoco tengo ninguna duda de que sean ellos. Sabía que algo como esto sucedería…

La noche pareció eterna, por suerte la salud estaba bien y ahora estaba fuera de peligro. Su madre se había quedado con ella en el hospital mientras que Valentino, su padre y yo nos habíamos quedado en la mansión. Sin embargo esta mañana muy temprano una visita nos tomó por sorpresa.Damiano se ha presentado a la mansión pidiendo hablar con Valentino. Me he quedado a su lado mientras ambos conversan.—Buenos dasValentino, he venido hasta aquí para conversar un tema bastante importante para ambos —le dice mientras se sienta en uno de los muebles—. He venido por Odette, porque sé que ella no te lo dirá, pero yo si lo haré.—¿De qué se trata? —pregunta valentino.—Amo a tu hermana, más que cualquier cosa en el mundo. Ambos hemos pasado por cosas muy dolorosas, no quiero que vuelva a caer en depresión. El medico ha mencionado que tendrá que quedarse una semana completa en el hospital hasta que ella y el bebé puedan recuperarse —suspira—. Odette no podrá manejar los negocios ahora con su e