El lunes en la mañana, el café humeaba en la pequeña mesa de la cocina. Kathie repasaba la última versión de la presentación, subrayando cifras, ajustando términos, mientras Noah revisaba las métricas en su portátil desde el sofá. Habían trabajado todo el fin de semana como un equipo.Solo ideas. Estrategia. Miradas que hablaban más que cualquier confesión.El fin de semana había sido tranquilo. Extrañamente cálido.Noah se estiró, mirándola con detenimiento. —Estás lista —dijo con certeza. Kathie asintió, sin apartar la vista del papel. —Lo estoy desde hace mucho. Al llegar a el edificio tenia un aire distinto. Denso. El rumor de movimientos en la junta se esparcía como una sombra sin forma. Al llegar a su oficina, Kathie ya lo sabía. No por palabras, sino por miradas. Miradas que antes la ignoraban, ahora la medían.Emiliana la interceptó apenas cruzó el vestíbulo del piso ejecutivo.—La reunión es a las nueve —le dijo, sin rodeos.—Lo sé.—Kathie... hoy no solo van a revisar el

Kathie recibió una notificación fría y puntual. Asunto: Protocolo de Control Interno del Proyecto. Adjuntos: 8. Lo abrió con el mismo temple que había pretendido tener en la sala de juntas horas antes. Pero apenas leyó las primeras líneas, sintió cómo el aire le sabía a acero.“Todos los movimientos operativos, estratégicos y financieros deberán ser reportados y validados en tiempo real. Las decisiones conjuntas de los co-líderes estarán sujetas a revisión directa por parte del Consejo.”Era una jaula. Elegante, pero jaula.Desde su escritorio, a través de la mampara de vidrio, vio a Noah caminar por el pasillo, hablando con dos socios de