Mientras tanto en el televisor, en el canal de noticias más precisamente, la periodista comienza su relato del joven italiano que llega a Estados Unidos expandiendo su negocio.—Mateo Stagnaro, el joven más codiciado, habla de su trabajo desde la construcción de su nueva sede en Nueva York —La cámara cambia y se puede ver a Mateo en la acera, delante de un edificio en construcción, tal cual había dicho el periodista—. Buenos días, Sr. Stagnaro —le saluda.—Buenos días, Clarisa —saluda Mateo con una espléndida sonrisa.—Cuéntanos. ¿Por qué Nueva York? —interroga a la periodista.—¿Y por qué no? —responde sonriendo haciendo reír a la periodista.—Sr. Stagnaro…—Por favor, llámeme Mateo —le pide interrumpiéndola.—Está bien, Mateo —asiente la mujer—. Sabemos que estás aquí con el hijo del vicepresidente del Imperio Stagnaro, Marcelo Torrielli. ¿Ambos van a hacerse cargo de este nuevo proyecto?—Así es, Clarisa —le responde. En ese momento Dylan sale de la cocina para dirigirse al sofá y
Leer más