Hace cuatro años…
Estaban en una feria subiendo a cada juego que encontraban a su paso. Marcelo se da cuenta del toro mecánico y corre hacia él, se gira y observa con una mirada pícara a Jonas, él era el más fácil de persuadir para apostar. Elevando una ceja interrogativa le indica al chico el pedido y su amigo sonríe con picardía.
—¿Cuántos segundos dice? —le preguntó a Jonás.
—Con suerte solo dos —le respondió con supremacía.
—Si yo gano, tienes que pagar el bar para todos, esta noche —le retó el italiano.
Jonas le eso.
—Si yo gano, tienes que pagarme unas cuerdas nuevas para mi bajo —contra atacó.
—Amigo, ¿por qué no te compras un bajo nuevo? —sugirió Marcelo como si Jonas fuera tonto.
— ¿Quieres comprarme un bajo nuevo si yo gano? —cuestionó mostrando una sonrisa vencedora.
—Ni de broma —espetó el italiano.
—Entonces que sean las cuerdas —aseveró Jonás.
—Está bien —aceptó su amigo—. El que haga más tiempo obtiene lo que pidió.
Luego de estrecharle la mano corrió a subirse al toro