Lina se gira hacia sus amigos y camina colocándose al lado de Tony, que tenía unas cuantas minitortas para que eligiera cual era la que iba a protagonizar el cumpleaños de su hija, Aye. Después de verlas y probarlas, de una manera que les quitó toda la gracia de sus formas, seguía hablando de trivialidades y por supuesto seguía comiendo.—Para, mujer —se queja Tony quitándole el tenedor—. ¿Desde cuando viene de esa forma?—Están muy bien, Tony. No me juzgues —entona con la boca llena de torta de chocolate.—Sé que mis dotes culinarios son increíbles, pero tienes que tener un límite, chica —le dice divertido.—¿Límites? —bufa Suela— . ¿A Lina? ¿De verdad? —ellos se carcajean.—Voy a buscar a mi marido, que se quedó con Sofi, antes de que ustedes sigan riéndose a mi costa —enuncia acordándose de Alex.—Te gusta esa palabra, ¿verdad? —bromea Tony—. Ahora dice "marido" en todo momento.—Eso debe ser porque es mi marido en todo momento —exclama Lina—. Al menos eso dice en los papeles —se
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