La espera se hizo eterna, per al fin sus padres habían llegado, Sofi había ido por unas horas al descanso, ya que se estaba volviendo loca dentro de la casa sin hacer y, como Ian no quería que anduviera sola, la joven tuvo que esperarlo para que la fuera a buscar y la llevara a casa.—¡Hola! —grita Sofi esperando la contestación de su hijo.—Hola, mamá —se apresura el niño hacia ellos.— ¿Cómo te fue en la escuela?—Bien, como siempre —contesta con una elevación de hombros.—Y con la salida con Gaby?—Bien también —responde con una media sonrisa.—Me alegra —Sofi posa los ojos en su abuela—. ¿Cómo estás, Nonna?—Muy bien, Sofi, ¿y tú? ¿Te sientes bien?—Muy bien.—Yo también estoy perfecto —bromea Ian interviniendo en la conversación.—Voy a preparar la comida —entona Sofi dejándole un beso en la mejilla a su marido antes de encarar hacia la cocina.Ian observa a Mateo, el niño estaba inquieto y ansioso, lleva la mirada hacia Regina preguntándole con los ojos y esta se eleva de hombro
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