Las palabras de Malakai se repetían en su cabeza, mientras Natalie apretaba el acelerador, ¿alguna vez escucho rumores tan crueles de ella? Por supuesto, no solo eso, durante años soporto las burlas que se elevaban tras cada paso que daba al ingresar al club, era el hazme reír de las amantes de Nelson, pero poco le importaba, siempre que pudiera montar su caballo, era lo único que extrañaba de su matrimonio, su yegua bombón, pero ahora era distinto, ahora cada palabra, cada gesto del rostro de ese vaquero la heria, y odiaba eso, porque no lo conocía, no eran nada, nunca lo fueron, solo era el destino o la maldita casualidad que cuando menos lo pensó o lo deseo, ella salió embarazada, ¡Muy bien Natalie! Se felicito mientras tomaba la curva e ingresaba en la carretera.— Resultaste ser igual que tu madre.Se regaño a ella misma, antes de que un grito ahogado saliera de sus labios, y girar el volante de la camioneta, el primer golpe la sacudió, y sintió el tirón del cinturón de seguridad,
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