Amatista descansaba en la habitación de Enzo, alejada del bullicio y la tensión que dominaba la mansión. Después del incidente en el campo, se había refugiado en la tranquilidad de esa habitación, que, aunque todavía le resultaba ajena, poco a poco comenzaba a sentirse más como un refugio. Enzo había insistido en que descansara, asegurándole que se encargaría de todo. Mientras él hablaba con sus socios, ella se permitió dejar de pensar en todo lo ocurrido, sumida en un estado de semi-relajación.El ambiente en la mansión Bourth había cambiado. Aunque Enzo aún mantenía su control férreo, sobre todo, se notaba que algo en él había cambiado. Su relación con Amatista era más profunda, más intensa, y eso, aunque lo dejaba sin palabras, también lo llenaba de una mezcla de celos y deseo. La conexión entre ambos se fortalecía a medida que pasaban más tiempo juntos, pero aún quedaban muchos secretos por desvelar, y eso era algo que Enzo no estaba dispuesto a permitir que ella descubriera por s
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