- No vamos a cenar en tu casa, Aneliese. - Gabe fue tajante.- ¡Por favor, Gabe! - pedí, con las manos en oración- Prometo portarme bien.- No sabes cómo comportarte, Olivia.- No trates a tu mujer como a una niña porque no lo es, Gabe - le reprochó Aneliese - Te espero a las siete de la tarde en mi casa para cenar.- ¡Allí estaremos, cuñada! - aseguré, dando saltos de alegría mientras salía de la habitación para que ambos pudieran charlar a sus anchas, fuera lo que fuera lo que tuvieran que tratar en la empresa.Gabe no había confirmado que fuera a la cena, pero aunque se negara, yo iría. Al fin y al cabo, la invitación también era para mí. Y tenía muchas ganas de conocer a la familia Clifford. ¿Estaba soltera Aneliese? Probablemente sí, porque en la boda no recordaba haberla visto acompañada.Volví al ordenador y pregunté, para asegurarme:- ¿Necesitas que haga algo para ayudar?- "¡No!", reiteró Ingrid, con cara de pocos amigos.Yo no la molestaba en absoluto, ya que me mantenía ca
Ler mais