Capítulo 22: El infiltradoLa cerradura digital emitió un leve clic antes de sellarse. La oficina de Liam Macmillan quedó aislada del resto del bufete. El silencio era total, salvo por el leve zumbido del aire acondicionado y el golpeteo sutil de la lluvia contra los ventanales.La ciudad seguía viva afuera, pero ahí dentro, en ese rincón de poder y estrategia, solo habitaba la desconfianza.Elijah Macmillan, su tío, estaba de pie junto a la ventana, con el ceño fruncido y los brazos cruzados. Vestía como siempre: traje oscuro, corbata sobria, mirada filosa.—Alguien accedió al servidor interno el martes a las 2:17 de la madrugada —dijo sin rodeos—. Desde uno de los terminales autorizados. No fue un ataque externo. Fue desde dentro.Liam se pasó una mano por la mandíbula. La noticia no lo sorprendía, pero le revolvía el estómago igual. Las paredes, cubiertas de paneles de roble y diplomas enmarcados, se sentían más frías que nunca.—¿Y qué se llevaron?Elijah lanzó una mirada que decí
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