164. CONTINUACIÓN
Las palabras salen de mi boca con sorprendente facilidad, casi como si estuviera narrando una vieja anécdota que ya poco me importa. Pero, en el fondo, sé que al decirlo estoy soltando una parte de mí que nunca antes había compartido con nadie. Cintia y Lyssa me miran en completo silencio, y aunque estoy segura de que querrán juzgarme, la chispa de emoción en sus ojos me confirma que también sienten algo de fascinación. Porque, aunque no lo admitan, saben lo que es estar atrapadas en un juego de poder. —Vaya, Edna, nunca pensé que fueras tan… —Lyssa deja la frase inconclusa, pero puedo adivinar perfectamente lo que está insinuando. —¿Tan qué? —respondo con una sonrisa ladeada, mostrando un atisbo de orgullo, aunque mi tono destila cierto sarcasmo—. Sé perfectamente lo que piensas, pero no me culpes. Todas hemos hecho cosas cuestionab
Leer más