177. LA VISITA POR LA NUEVA EMPRESA
Las emociones se agitaban dentro de mí como un océano en plena tempestad, mientras mi razón intentaba procesar lo que había hecho. Me refugié en la intensidad de aquellos ojos, en la seguridad de sus brazos, que parecían diseñados para cargar con mi tormento. No lo conocía, pero era exactamente lo que necesitaba en ese instante, el único resquicio de calma en mi mundo reducido a cenizas. Tomamos las llaves y los documentos antes de salir del despacho. Por el camino hacia la camioneta, Clío saca su teléfono y comienza a enviar mensajes, probablemente coordinando a David y a los demás. Es admirable verla moverse con tal determinación, siempre buscando organizar mi caos cuando, por alguna razón, olvido ciertos detalles. —¿Qué será lo que le está pasando a Brayan? —pregunta más para ella misma que para mí—. Estoy molesta con él por lo que te dijo, pero en realidad fue un gran amigo conmigo, a pesar de todo. —Sí, pude comprobar que él te ama de ve
Ler mais