«¡Soy una completa tonta!»«¡Nunca debía de aceptar este acuerdo!»«¡Kael no ha cambiado, sigue siendo el mismo idiota de siempre!»Astrea estaba renegando, mientras daba una vuelta por el club. Buscando cualquier cosa que le pareciera inusual, así como alguna salida de emergencia. Aquello se llamaba reconocimiento del terreno, y era algo que solía hacer cuando estaba en alguna misión. Puesto que gracias a su genética, había podido saber cuando el campo estaba minado o cuando les acechaba una emboscada. El aroma del miedo, traición y maldad eran muy frecuentes en humanos. Así como el del cariño y afecto, el que más evitaba era el del deseo y el de enamoramiento. Le daban náuseas, por el olor empalagoso. Pero pensaba que era solo por su aversión a las relaciones sentimentales. Aun así, en ese instante sentía que tenía de nuevo diecisiete años. Cuando buscaba cualquier excusa para ir a la casa de su vecina, solo para ver a Kael con Wayne y otros compañeros de clase en la consola de vi
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