Regina no sabía cómo explicar lo que pasaba con Sebastián.—Pero algo no tiene sentido —dijo Andrea al poco rato—. Hace poco me mandaste un mensaje diciendo que la producción era supergenerosa, que les pagaron clase ejecutiva a todos y hasta les dieron un cuarto para cada uno. Con un trato así, no creo que se hayan quedado sin dinero, ¿o sí? ¿Fue Gabriel? ¿Presionó a la producción?Sí, había vuelto por culpa de él. Si no hubiera dicho esas cosas, ella no se habría sentido tan incómoda. Pero, pensándolo bien, regresar tenía su lado bueno. Al menos ya no tendría que volver a ver a Sebastián.Era muy consciente de que estaba casada; tenía un esposo. Y aunque estuviera soltera, dudaba que pudiera aceptar a alguien como Sebastián.—No, él no presionó a nadie. El equipo sintió que ya no me necesitaban allá y me pidieron que regresara. Es muy fácil comunicarnos por teléfono, si necesitan algún cambio, me pueden llamar. Yo hago los ajustes aquí, los mando al taller para hacer un nuevo modelo y

¿Cómo podía seguir en contacto con Mónica y al mismo tiempo decirle a ella que quería una relación?—Voy para allá.Regina no le dio oportunidad de decir nada más y le colgó.Andrea ya había pagado la cuenta. Regina metió el guion en su bolso, agarró el celular y salió. Pasó a una papelería a imprimir una solicitud de divorcio y después tomó un taxi hacia la empresa de Gabriel.Diez minutos después, el carro se detuvo frente al edificio de Corporativo Axis.Entró al vestíbulo. En la recepción, era necesario registrarse para entrar o salir. Gabriel era el dueño de la empresa, así que, por supuesto, no se le podía ver sin una cita previa.Le marcó. Alan recibió la orden de su jefe y bajó.En cuanto salió del elevador, la vio y se acercó con mucho respeto.—Señora, el señor Solís me pidió que la acompañara a su oficina. Por aquí, por favor.El asistente dijo "señora" en un tono tan alto como para que las recepcionistas, ocupadas en su trabajo, levantaran la vista con sorpresa.Le abrió la