—No lo estoy justificando.
Andrea la miró.
—Es que últimamente se veían muy bien.
Regina respondió con un tono de sarcasmo.
—Que nos llevemos bien no cambia que me está viendo la cara. ¡No quiero acabar como mi mamá!
Andrea reaccionó.
—Pues vamos a buscar a Gabriel, ¡yo te acompaño!
«¿Buscarlo ahora? ¿Y de qué va a servir? Otra vez va a salir con puras mentiras para evadir el tema. No puede olvidar a Mónica».
Miró el guion que tenía en las manos.
—¿De qué se trata esto?
—Apenas me lo dieron ayer, no he tenido oportunidad de leerlo.
Apenas terminó de hablar Andrea, sonó su celular. Lo sacó y, tras ver la pantalla, se levantó.
—Tengo que contestar.
Se dio la vuelta y se dirigió hacia la puerta. Regina, sentada junto a la ventana, la vio salir y contestar la llamada afuera.
Cuando su amiga volvió a entrar y se sentó, ella le dijo:
—Hoy no tenías el día libre. Me citaste para darme esto, ¿cierto?
Andrea lo negó.
—No, en serio, el equipo de producción me canceló.
—Mejor ve a hacer lo tuyo.