Sofía se incorporó fuera de la cama y caminó hasta la ventana, nerviosa.— ¿Casarnos? — preguntó, aún incrédula, saboreando la palabra en su boca.Anthony Clark se acercó a ella y colocó ambas manos sobre sus hombros de forma modesta.— Sí, sé que es algo que no te esperabas, pero Sofía, no puedes hacer esto sola. Escucha, esa familia… esconde cosas que no te imaginas, cosas por las que matarían si llegasen a descubrirse.— ¿De qué cosas hablas? ¿Cómo sabes eso?— Sabes de done vengo — y sí, ella lo sabía. Conocía su historia. Era hijo de una importante familia del país. Empresarios, doctores e ingenieros. No era extraño que supiera cómo se movía el mundo de los ricos —. Déjame protegerte.Sofía negó levemente, todavía sin saber que responder, pero con la certeza de querer cobrar venganza a los Blackstone.Se giró lentamente, y miró a Anthony con Clark con una leve sonrisa y muestra de agradecimiento.— Te agradezco que quieras ayudarme de esta forma, pero… no puedo aceptar. Todavía so

Alex llegó primero a la escuela, ajustando su reloj mientras esperaba junto a la reja. Sabía que Marcus lo había enviado. No era la primera vez que recogía a Camila. Era una rutina que él disfrutaba más de lo que admitía.Minutos después, Eve apareció, impecable y decidida, con el cabello recogido en una trenza que resaltaba la elegancia natural que siempre la había distinguido. Ella también venía con instrucciones: Sofía le había pedido que buscara a Camila.Sus miradas se cruzaron y el aire se volvió más espeso.— ¿Tú? —dijo Alex con un gesto contenido de sorpresa.— Sofía me pidió que viniera. ¿Y tú?— Marcus. Parece que ambos tenemos autorización.Y sí, cuando la secretaria revisó los papeles, confirmó que los dos estaban en la lista. Ambos podían llevarse a la niña. Pero eso no calmó el momento.— Camila va conmigo — dijo Alex, con firmeza—. Está con su padre.— No. Sofía me pidió que la llevara con ella — respondió Eve, alzando una ceja.Antes de que la discusión pudiera encender

Cuando Eve llegó al lugar, Oliver Blackstone la recibió con la mirada hundida y el rostro pálido, cómo si no hubiese dormido en días.— Gracias por venir. Necesito hablar contigo… con alguien — murmuró el Blackstone, instándola a tomar asiento.— De acuerdo, te escucho — respondió ella, sentándose a su lado.Oliver exhaló y se frotó el rostro antes de hablar.— Hace años… vengo cargando con el peso de una decisión que ya no puedo sostener, ¿sabes? En el pasado, justamente hace cinco años… cometí un error muy grande. El error de callar.Eve frunció el ceño, y lo miró conteniendo el aliento.— Oliver, ¿a qué te refieres?— Hace años mi madre y mi esposa planearon un accidente. Un accidente de auto en el que irían mi hermano y mi cuñada. Las escuché hablar y… enseguida las enfrenté. Querían deshacerse de la esposa de Marcus. Ese era su plan.Eve se llevó las manos a la boca del estómago.— Pero me chantajearon. Debía guardar silencio o me desheredaría de todo. Tuve miedo. Era joven, ambic

Intentó llamarla varias veces, pero nada.Al principio, eran tonos sin respuestas, después… enviaba directo al buzón.— No, no… — Eve comenzó a preocuparse, así que decidió llamar a las personas que podrían tener razón de ella, o al menos ayudarla.El profesor Clark fue una de ellas. Desconocía completamente su paradero. Hace horas no hablaba con ella. Después, verdaderamente asustada, llamó a Alex. Era casi la media noche. Él no dudó en contestar.— ¿Eve?— Alex…— ¿Qué pasa? ¿Estás bien? Te escucho agitada.— Es Sofía. No está. No contesta mis llamadas y no sé a dónde pudo haber ido.— Tranquilízate, ¿de acuerdo? Voy a rastrearla. Dame un segundo. Quédate en la línea.Eve aguardó, angustiada. Caminaba de un lado a otro.— ¿Eve?— ¿La encontraste?— No, parece que… su teléfono está desconectado.— ¡Dios, Alex! ¡Tengo un mal presentimiento!— Está bien, tranquila, voy para allá. Llegaré tan pronto como pueda.Eve se dejó caer en el sofá, sin saber qué hacer, y momentos después, alguien

Sofía recorrió la casa en silencio, abrazada a sí misma. Temblaba de pies a cabeza, mientras las lágrimas caían por sus mejillas sin poder ser evitadas.Y Marcus detrás, sin decir nada, esperando, también conteniendo todo lo que guardaba para sí mismo.— ¿Esto es algún tipo de chantaje emocional? —preguntó ella al fin, girándose para mirarlo.Marcus la sostuvo con la mirada.— No.— ¿Entonces qué es? ¿Un intento desesperado por hacerme cambiar de opinión? ¿Después de lo del bar…?— No fue lo que parecía.Sofía soltó una risa incrédula, amarga.— Por supuesto que ibas a decir eso.— Estaba borracho. Dios, ni siquiera lo recuerdo. No sé ni cómo terminé con Ágata en mis brazos. Lo único que recuerdo es que fui a ese bar porque necesitaba de alguna forma calmar lo que estaba sintiendo. ¡Me acababas de enviar la anulación de nuestro matrimonio y me enteraba por las noticias que ibas a casarte con otro, carajo! ¿Qué querías que hiciera? ¡Me estaba matando! Pero te juro que lo que viste… no s