Capítulo 50. La verdadera cara de Anthony Clark
El amanecer comenzaba a colarse tímidamente por la ventana, pintando de luz dorada las sábanas desordenadas. Afuera, el mundo despertaba en silencio. Dentro, todo estaba quieto… salvo ellos.
Sofía reposaba sobre el pecho de Marcus, sus dedos entrelazados con los de él. Sus cuerpos aún entrelazados por el recuerdo de la noche, y sus almas… comenzando a entenderse otra vez.
Marcus trazaba líneas suaves con los dedos sobre la espalda desnuda de ella. Sus movimientos eran lentos, casi hipnóticos, como si intentara memorizar cada centímetro de su piel.
No hablaban todavía.
No hacía falta.
Hasta que él rompió el silencio, con la voz baja, grave, cargada de peso.
— Cuando creí que te había perdido, esa noche, después del accidente… mi mundo se detuvo por completo.
Sofía levantó la cabeza apenas, para mirarlo. Él seguía mirando el techo, pero sus ojos estaban lejos.
— Respiraba, comía, trabajaba… pero estaba muerto en vida. — Sus dedos se detuvieron por un segundo sobre su espalda, y luego con