UN AÑO DESPUÉS - DISTRITO DE LAS SOMBRAS CASA DE LA FAMILIA MCTAVISHEl aroma dulce y apetitoso del bizcocho recién horneado que Josephine había acabado de hacer se sentía por cada rincón de la casa, mezclándose con el delicioso olor cálido de los pancitos dorados que descansaban sobre la mesa de madera. Esos olores —el del bizcocho y los panes— no se habían sentido en el Distrito de las Sombras desde... posiblemente nunca y todos los lobos que vivían ahí presos, lo sabían. Josephine, suspirando y limpiándose su frente algo sudorosa, se apartó de la estufa improvisada, secándose las manos en el delantal manchado de harina que llevaba puesto, mientras una sonrisa de satisfacción maternal iluminaba su rostro cansado pero radiante, ya que ese día había sido bastante movido para ella.—No puedo creer que realmente lo logramos, Lyra —murmuró la rubia, contemplando la obra maestra culinaria que había conseguido crear con ingredientes que en la superficie habrían sido considerados comunes, pe

—¿Cuál es el problema aquí? —dijo Gael, evaluando la situación con ojos que habían visto demasiadas confrontaciones similares durante sus años en el Distrito.—Tu hermano está acaparando comida de lujo y no pretende compartir—había acusado Marta—. Mientras el resto de nosotros comemos la misma basura de siempre.Al oír eso, Nelly soltó una risa corta y amarga.—¿Acaparando? —repitió—. ¿Sabes cuánto pagó Malcolm por esos ingredientes, estúpida vieja loba? Más de lo que tú has ganado en toda tu vida miserable aquí abajo.—Además —había agregado Gael, cruzándose de brazos—, la última vez que revisé, cada maldito en este lugar tenía las mismas oportunidades de ganar recursos luchando o trabajando. Si Malcolm eligió invertir los suyos en ingredientes para el cumpleaños de sus hijos en lugar de en alcohol barato, tela de mala calidad, o apuestas estúpidas, esa fue su decisión inteligente.La discusión había continuado durante casi una hora, con la multitud volviéndose cada vez más agresiva c

—Mis bebés son sin duda dos Druidas Dorados…—susurró Josephine con orgullo y terror—. Ambos con manifestaciones diferentes de poder.—Logan parece tener afinidad con la luz y la energía —observó Alder, tomando notas mentales de lo que estaba presenciando—. River con el crecimiento y la vida. Son especializaciones complementarias que podrían ser increíblemente poderosas cuando trabajen en conjunto.Gael, quien había estado observando en silencio, finalmente habló:—¿Esto los hace más valiosos o peligrosos?Era una pregunta brutal pero práctica. En el Distrito de las Sombras, cualquier habilidad especial podía convertirse tanto en ventaja como en objetivo.—Ambas cosas —respondió Malcolm con honestidad—. Pero también significa que tenemos la responsabilidad de entrenarlos apropiadamente cuando sean más grandes.—Yo puedo ayudar con eso —ofreció Alder inmediatamente—. He entrenado Druidas jóvenes antes de llegar aquí, lo hice contigo, Josephine —dijo, desviando su atención hacia Josephine

Gael y Nelly, desde su posición en la retaguardia, habían notado que el eco de sus pasos había cambiado, sugiriendo que el túnel se estaba abriendo hacia un espacio más amplio.—El sonido es diferente —observó Nelly—. Como si estuviéramos acercándonos a una caverna grande.—O a una salida real —añadió Gael con una esperanza cautelosa que había aprendido a controlar después de años de intentos fallidos.Veinte minutos después, cuando el grupo dobló una curva más pronunciada en el túnel, lo que encontraron les robó el aliento por completo. El túnel se abría hacia una caverna natural espaciosa, y en el extremo opuesto, parcialmente oculta por vegetación que había crecido libremente durante años, se encontraba una abertura que enmarcaba una vista del mundo exterior.Malcolm y Josephine quedaron, con los ojos fijos en aquella abertura donde se filtraba una luz gris y difusa. Durante un momento eterno, nadie se movió. Luego, como si despertara de un hechizo, Malcolm corrió hacia la entrada c

La casa de la pequeña manada McTavish nunca había estado tan silenciosa como en aquella última noche que precedía a su partida definitiva del Distrito de las sombras. Mientras las piedras de aerolita reducían gradualmente su brillo hasta crear la penumbra que marcaba las horas de descanso en la ciudad prisión subterránea, cada integrante de la familia se movía con una cautela deliberada, empacando únicamente lo esencial para un viaje que cambiaría sus vidas para siempre y del cual no pensaban tener retorno.Josephine trabajaba meticulosamente en la cocina durante aquella "noche" artificial, envolviendo con cuidado porciones de pan de hongos en telas limpias que había estado guardando durante meses, siempre esperanzada de que algún día pudiera usarlas para un posible escape que ahora, finalmente, se había vuelto realidad.El pescado de cinco ojos rostizado, que después de cuatro años se había convertido en parte habitual de su dieta, fue dividido en raciones precisas que les proporciona