135. La versión oficial de los “vencedores”
—Mi querida Sarah —esa era Lady Amberley, una de las nobles más influyentes de Aurocanto, la isla de los reyes—, nunca te había visto tan radiante. El matrimonio te sienta de maravilla, aunque ya tienes treinta años, luces como la jovencita más hermosa de Altocúmulo —elogió la lady con una sonrisa algo falsa, después de todo ella sabía el poder que ahora tenía Sarah.—Gracias, Lady Amberley —respondió la loba con una sonrisa que irradiaba una verdadera felicidad—. Finalmente estoy donde pertenezco, con el hombre que amo. Los años difíciles han quedado atrás para siempre.Lo que Sarah no mencionó, pero que pensaba constantemente, era lo liberador que resultaba no tener que fingir más, fingir que amaba a un lobo que aborrecía. Durante diez largos años había tenido que actuar como la esposa devota y perfecta de Malcolm, fingir que lo respetaba, simular que su matrimonio sin hijos no la frustraba. Ahora, por fin, podía ser completamente ella misma: ambiciosa, apasionada, y profundamente e
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