—No te preocupes, el ama de llaves está aquí para cuidar cada aspecto, también hay un jardinero que estará cuidando el exterior. La casa está a nombre de los dos, es el bien familiar y está completamente paga. Ahora tenemos que ocuparnos de que tú aprendas bien tu rol en el trabajo, de tu vestimenta y del cambio de look —le dije enumerando aquellas cosas con mis dedos.—No me cortaré el pelo, me gusta tenerlo así… pero tranquila, no te are quedar mal, lo mantendré prolijo. Y las corbatas, caray, eso sí que me hace sentir como un perro atado a un poste— me dijo, logrando que se me escape una risita por sus palabras.—Aprenderé bien, te doy mi palabra.—Tranquilo, no te obligaré a usar corbata a no ser que sea muy necesario. Sé que lo harás bien, confió en ti— le dije trasmitiéndole un poco de alivio.Sin duda, la casa y este cambio habían hecho feliz a Luna, pero nosotros estábamos muy estresados. No perdí la oportunidad de contarle que el colegio privado de Luna, el que nos había reco
Leer más