—Madre, ella es Georgina— Muestra una amplia sonrisa, cuando me presenta con ella. —Georgina, ella es mi mamá— Sus ojos bajan lentamente hacia mi vientre, y un peso incómodo se siente en el aire. —¡Oh, Dios mío! Es mi nieto, ¿puedo tocar?— Su sonrisa es cálida, pero yo solo siento un nudo en el estómago. —Ehhh... s-sí— Sus manos recorren mi vientre con una suavidad que me desconcierta. Mientras tanto, Dayanara se aleja, claramente molesta. No entiendo qué está pasando. Ella me había reclamado, me había asegurado que estaba comprometida con él. Pero aunque no lo estuvieran... ella es exactamente la mujer que él necesita. —Georgina, discúlpame, no me he presentado— su voz me saca de mis pensamientos —Soy Sofía Sokolova, encantada de conocerte. Quiero que conozcas al papá de Leo. Ven conmigo— Con una mezcla de duda y nervios, me dejo llevar por Sofía, quien toma mi mano con una suavidad que me desconcierta aún más. Al adentrarnos en el salón, su toque me hace sentir extraña.
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