Yuna agradeció incómoda a las personas que, sin entender, la felicitaban. Escabulléndose, se dirigió a los baños del bar, un refugio necesario de la algarabía y las miradas curiosas. —¿Tu l’as fait?[¿Lo hiciste?] —Oui, c’était plus facile que je ne l’imaginais. Le fait que le modèle l’ait diverti l’a aidé. [Sí, fue más fácil de lo que imaginaba. El hecho de que la modelo lo entretuviera ayudó.] El aire se congeló en los pulmones de Yuna. Quedó paralizada al escuchar a las francesas mientras se acicalaban en los tocadores del lugar. Cada palabra, afilada como un puñal, le perforaba el alma. —¿J’espère que tu n’en as pas fait trop cette fois.? [Espero que esta vez no te hayas pasado en la dosis.] Las dos mujeres sonrieron, una mueca cruel que helaba la sangre. —Non, cet Allemand est comme il veut et il semble qu’il ait de l’argent, c’était une bonne affaire [No, este alemán está como quiere y parece que tiene dinero, fue una buena pesca.] Yuna tapó su boca para ahogar la so

Llovía intensamente aquel día de primavera mientras Anton se dirigía con el corazón oprimido entre su espalda y su pecho. Su madre había agravado en su salud le habían diagnosticado Fibrosis Pulmonar, y por su edad y enfermedades de basé. Los tratamientos no estaban surgiendo efecto. Anton llegó a su oficina en aquel gran edificio que había hecho crecer solo llevado por un deseo de venganza. Pero ahora se sentía perdido, su madre estaba muy enferma y su esposa lo había abandonado. De pronto ese fuego que se había apaciguado volvió a tomar control de el, la reciente decaída de su madre se debía al incendio en Génova y cada vez estaba más seguro que algo o alguien había hecho que su esposa se marchara. ¡Señor tengo lo que me solicitó!” lo interrumpió Dustin en sus pensamientos. “El auto que envío la señorita Ines, fue entregado a un hombre llamado Victor Dunesi, el asistente de Bastian Leroux!” “¿Estás seguro?” Dustin asintió “¡Si señor está confirmado, investigue sobre su

Vibración 📳 Aquel sonido incesante despertó a Yuna, que había regresado a su departamento después de una fuerte reunión con Brian y Mayer. Ella solicitaba llevar el Red Perseus Y1 a los talleres del grupo Reymond a lo que Brian se opuso tajantemente. Pero si quería que ella compitiera en la carrera de verano, tenía que acceder. Y aquello había sucedido. “¡Hola!” contesto adormilada. “¡Señorita Yuna Frey. Nos comunicamos del hospital. La señorita Dayann Reymond tuvo un paro respiratorio!” Yuna se sentó en su cama y su cuerpo se estremeció. “¡Lamentamos mucho, pero la señorita Dayann.. Falleció….!” Un zumbido paso por sus oídos envolviendo aquellas últimas palabras de la mujer al otro lado de la línea. Después de finalizar la llamada, las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro ¿Esto no puede está pasando?. Un dolor agudo en su pecho la atacó, como aquellos presentimientos que sentía de vez en cuando. ¡Algo está mal! […] Cómo aquellas escenas de novela

~Un mes después ~~ Recepción grupo Kalman. —Buen día señorita bienvenida, en qué le podemos colaborar —pregunto la recepcionista. —Buen día busco al señor Anton Kalman— respondió la joven de cabello color chocolate y ojos azules con grandes lentes. —Claro señorita ¿Quién lo busca? La joven sonrió —Dígale que Lady Yena. Aunque la recepcionista tuvo dudas, tomo la línea y marco a Dustin, quien dio su autorización. El proyecto del hotel en Génova avanzaba a pasos rápidos y Yalens no podía dejar toda la carga a Dennis. Ella ya manejaba todo el grupo Reymond y pedirle a uno de sus amigos el hacerse cargo de su patrimonio, no lo veía correcto. Además que no les había contado que estaba embarazada, no quería que se preocuparan. Por otro lado el detective había avanzado en la investigación que había arrojado que el vehículo de Dayann había sido alterado. Al igual que lo había sido el auto de su padre hacia diez años. —Buen día señorita— la recibió con una reverencia

~°Treinta cinco días después°~ Los vientos de agosto acompañados por la caída del crepúsculo en tonos naranjas y amarillos daban paso aquella noche de inauguración. Los autos frenaban y de ellos descendían celebridades, empresarios, políticos y herederos influyentes en el mundo del turismo de Italia y Alemania. Anton observaba desde el ventanal de la oficina presidencial del edificio principal del complejo hotelero, qué había creado con su esposa. Pero su corazón estaba oprimido porque ella no estaría a su lado, solo había recibido un correo de su parte deseándole suerte. >>¿Suerte? Sería que regresaras<< Se dijo bebiendo de su copa de whisky. —Todo está preparado señor — dijo Dustin, preparado para el gran evento. Anton tomo aire, acomodo su traje Boggi Milano y salió de aquella habitación seguido por el asistente. •=• Por otra parte en la suite principal de la torre uno del complejo Yena terminaba de acomodar su cabello, llevaba un largo vestido azul de