Capítulo: Cuando se baja la Última Grúa La grúa descendía como un ave vieja que, tras años de vuelo, se rendía finalmente al suelo. Iban desmontándola pieza a pieza, como si desarmaran los huesos de un gigante. Uno que no dolía dejar atrás, pero sí conmovía. Era el último día de obra. El cielo estaba limpio, azul metálico, como queriendo acompañar el brillo final de la estructura. El edificio “Cinco Estrellas” ya no era un proyecto ni un sueño. Era una realidad de concreto, vidrio y diseño. Un coloso urbano que hablaba por sí solo, sin necesidad de planos ni discursos. Anahir se mantenía de pie, con el casco en una mano y los ojos llenos de historia. Frente a ella, su obra. Cada línea, cada ángulo, cada maldito cálculo. Todo había pasado por su cabeza, por sus noches sin dormir, por sus lágrimas, por su resistencia. No había un solo muro que no llevara su firma, aunque nadie la viera. —Quedo hermoso —dijo Nicolás a su lado, con las manos en los bolsillos y la voz bajita, como si
Leer más