Capítulo 111 – El Día de VolverEl hospital de descanso no tenía rejas ni guardias. Parecía más una casa grande, rodeada de árboles, con olor a eucalipto y silencio de montaña.Nicolás bajó del auto sin prisa, pero con el corazón latiéndole como un tambor. Cada paso que daba hacia aquella puerta parecía acercarlo no solo a su hermana, sino también a una parte de sí mismo que había quedado congelada en el tiempo.Preguntó en recepción, firmó el ingreso, y caminó por el pasillo largo hasta la sala de visitas. Allí estaba ella.Alejandra.Sentada en un banco de madera, con el cabello suelto, una manta sobre las piernas y el rostro más pálido, pero… sereno. Estaba viva. Estaba presente.Y cuando lo vio entrar, sonrió.No una sonrisa grande. Una de esas suaves, torpes, como si el alma todavía estuviera aprendiendo a hacerlo de nuevo.—Hola, Nico.—Hola, Ale.Se abrazaron largo, apretado, de esos abrazos que sueltan una mochila invisible. Que hacen temblar por dentro.Se sentaron uno al lad
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