Todos los capítulos de Prisionera en la Casa de las Rosas: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21: ¿Cuál es tu oferta, hermanita?
—¡No seas imbécil! —volvió a gritar Rafaela—. No vuelvas a decir estupideces. ¿Sabes? He cambiado de opinión. Quiero que te vayas —dijo decidida.—Te recuerdo que tú y yo somos los dueños de estas empresas.—Hermanito, eso era antes de que despilfarraras cantidades de dinero a diario. Tengo por escrito cada peso que gastas y, la verdad, es poco lo que te queda. Es mejor que aceptes mi oferta.—¿Y cuál es tu oferta, hermanita?—Que me vendas tu parte y te vayas.—Está bien, no se diga más. Busca a tu abogado, yo traeré el mío y a los contadores. Que el negocio se haga lo más pronto posible.Para Rafaela, aquello fue una sorpresa. No esperaba que su hermano tomara la decisión con tanta tranquilidad.Rafaela le entregó lo que le correspondía y, en realidad, no fue mucho. Las salidas con mujeres, las lujosas fiestas, los costosos viajes y las excesivas facturas de ropa para él y sus novias fueron creando un enorme hueco en la fortuna que compartían. Rafaela, astuta y precavida, conocía bi
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Capítulo 22: ¿Para qué vivir?
Era la hora de la cena y Junior no bajó al comedor. Su padre, enojado, mandó a una de las empleadas a buscarlo.Un grito desgarrador se escuchó desde el piso superior, y todos corrieron hasta la habitación del joven. La escena que encontraron fue aterradora: Junior estaba tendido en el suelo sobre un charco de sangre. Se había cortado las muñecas.Carlos, desesperado, lo tomó en sus brazos y salió corriendo hacia el auto para llevarlo al hospital. El estado del joven era crítico, y al llegar, los médicos se hicieron cargo de él de inmediato.Carlos estaba completamente destrozado. Su hijo significaba todo para él, y exigió a Michael que investigara qué lo había llevado a intentar quitarse la vida. Además, pidió al personal del hospital que guardara absoluto silencio sobre lo sucedido; no quería que la noticia se propagara por el pueblo. Necesitaba respuestas, necesitaba saber qué había llevado a su hijo a tomar una decisión tan drástica.La familia, desconcertada, le pidió a Michael q
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Capítulo 23: Secretos que pesan
– Sí –respondió Pedro–. El niño se llama Carlos Junior Robles y vive en la hacienda. Fue criado por la esposa de Carlos como si fuera su madre.Rafaela estaba muy preocupada. Isabel le había confesado que Carlos Junior estaba enamorado de ella y le había pedido ser su novio. ¿Qué habría pasado si Isabel lo hubiera aceptado? Solo de pensarlo, un escalofrío de temor recorrió su cuerpo. Pero había algo más que la inquietaba: Carlos aún no sabía que era el padre de Isabel, y ella rogaba que, por ahora, no lo descubriera. Ya no quería más problemas con ese hombre. Había escuchado de varias personas en el pueblo que Carlos Robles era alguien muy peligroso, un hombre con el que había que tener mucho cuidado. Necesitaba alejar a su hija de ese lugar; era mejor que la verdad nunca saliera a la luz.– Pedro, quiero pedirle un favor –dijo Rafaela–. Carlos es un hombre muy malo, usted lo sabe. Por el bien de Isabel, él no debe enterarse de que es su padre, y ella tampoco debe saber que es su hija
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Capítulo 24: Amor y secretos"
—No, no es tan fácil. Mis padres hacen todo lo que mi hermano les dice, y de seguro me pedirá que me deshaga de mi bebé, pero eso no lo voy a permitir. Primero huyo lejos antes que abandonar a mi hijo.Juliana no tuvo más remedio que volver a casa de sus padres. No tenía dinero y en su anterior trabajo no la quisieron recibir de nuevo porque se había marchado sin previo aviso. Los días siguientes fueron una tortura para ella; los malestares del embarazo se hacían cada vez más evidentes. Por las noches, recordaba los momentos que pasó con Pedro en el hotel donde él se hospedaba. Habían sido los mejores momentos de su vida. Ahora le tocaba enfrentar a su familia, especialmente a su hermano. Le preocupaba mucho que Michael la obligara a abortar cuando descubriera que estaba embarazada.Se preguntaba: ¿dónde estaba Pedro? Sus palabras de amor le parecían sinceras, y en él había visto algo que no encontró en los demás hombres con los que había estado. Era muy extraño que, justo cuando em
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Capítulo 25: Huida por la Vida
—Eso no importa en este momento. Lo único que sé es que voy a tener a mi hijo por encima de cualquier cosa.—Tú sabes muy bien cómo es tu hermano, y no va a permitir que tengas un hijo siendo madre soltera.—Mamá, ¿por qué permiten que Michael sea tan mala persona? Él no tiene por qué meterse en mi vida. No soy una niña, soy mayor de edad y puedo hacer con mi vida lo que me venga en gana. Además, no le estoy haciendo daño a nadie.—Hija, pero... —Juliana se marchó al patio trasero, dejando a su madre con la palabra en la boca.Michael no tardó en darse cuenta de que Juliana estaba embarazada, y en cuanto lo supo, se enfureció. Ya tenía cinco meses de gestación y, cada vez que su hermano visitaba la casa, ella se escondía en su cuarto o usaba camisetas grandes para ocultar su vientre creciente. Pero un día, Michael llegó sin ser visto y la encontró en la cocina.—¡Eres una zorra! —Juliana dejó caer el plato con fruta picada que tenía en las manos. Su rostro reflejaba el miedo que le te
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Capítulo 26: Sombras del Pasado
—¡Mary…! —dijo Carlos con la voz entrecortada, como si el pasado hubiera decidido presentarse de golpe ante sus ojos—. ¡Eres tú!—Su nombre no es Mary —intervino Rafaela con firmeza, y su tono cortante fue como un cuchillo que partió en seco la emoción del momento.Carlos parpadeó, atónito. Sus ojos se posaron de nuevo en el rostro de la joven, tan parecido al de aquella mujer que una vez marcó su vida.—¿Qué le pasa, señor? —añadió Rafaela, esta vez con dureza, colocando a su hija detrás de ella como si quisiera protegerla de un fantasma que volvía a rondarlas.Las miradas de ambos se encontraron por un instante. La sorpresa, el dolor y la rabia no disimulada flotaban en el aire denso que los envolvía.—Vaya, vaya… a quién tenemos aquí... —murmuró Carlos, alzando la vista al cielo con fingida admiración—. La gran dama Rafaela Martín.—Lo mismo digo... El gran señor del pueblo, Carlos Robles —respondió ella, arrastrando las palabras con una ironía que parecía veneno—. Te presento a mi
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Capítulo 27: Sombras y Renacimientos
Mientras tanto, por los alrededores de la gran hacienda Martín, rondaba John desde hacía varios días. Su aspecto era lamentable: vestido con harapos y con un rostro casi cadavérico, estaba irreconocible. Nada quedaba de aquel hombre rozagante y apuesto de meses atrás.Rafaela fue informada de la situación y decidió comprobarlo por sí misma. Al verlo, su corazón se llenó de tristeza. John siempre había sido un bueno para nada, un mantenido y mujeriego que nunca se preocupó por nada. Ahora, el resultado de su vida desordenada lo había llevado a la miseria. Sabía que, como en otras ocasiones, su hermano buscaba regresar, y, como siempre, ella lo ayudaría.Lo hizo entrar en la casa y pidió que lo trataran como antes, pero el que es, no deja de ser. Pronto, John demostró su verdadera naturaleza. No le importaban su familia ni sus opiniones; su objetivo estaba claro, e Isabel formaba parte de él.Aprovechando la complicidad de la oscuridad, John entró en la habitación de Isabel tomándola po
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Capítulo 28: Desaparición en la Sombra
Con el paso de los días, Rafaela mostró signos de mejoría. Sus médicos le recomendaron reposo y tranquilidad. Una semana después, ya estaba de regreso en casa, poniéndose al tanto de lo ocurrido en su ausencia. Isabel, sin embargo, no podía quitarse la preocupación de la cabeza. Temía que la llegada de su madre atrajera nuevamente a John y que su salud volviera a deteriorarse.Mientras tanto, Michael continuaba con su investigación sobre la familia Martín, pero no encontraba información relevante. Parecía que esa familia había surgido de la nada, pero poco a poco empezó a sacar sus propias conclusiones.Entonces, una nueva luz trajo esperanza a la familia.El llanto de un bebé rompió el silencio de la madrugada.—¡Un varón! —resonó la voz del médico.Era un hermoso niño, fruto del amor entre Pedro y Juliana.Desgraciadamente, su padre seguía en estado de coma. Pero el pequeño, de tez trigueña, se parecía más a Pedro que a su madre. Juliana, con lágrimas en los ojos, sonrió con ternura
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Capítulo 29: La Pesadilla de Isabel
—¡Juliana! ¿Dónde has estado? —La voz de Michael la tomó por sorpresa.Ella giró lentamente y lo vio caminar hacia ella.—Hola, Michael —respondió nerviosa.—¿Dónde has estado, Juliana? Papá y mamá me han preguntado por ti, y no supe qué decirles.—Yo estaba… trabajando —dijo Juliana, desviando la mirada hacia Isabel—. Michael, te presento a Isabel.Michael la miró de arriba abajo, sin demasiado entusiasmo.—Mucho gusto —dijo en tono seco—. ¿Es tu hijo?Isabel abrió los ojos con sorpresa y miró a Juliana en busca de una respuesta.—Sí, es su hijo —respondió Juliana rápidamente, antes de que Isabel pudiera reaccionar.Michael la miró con desprecio.—Papá y mamá se fueron de vacaciones, regresarán en unos días. Estoy ocupado ahora, pero quiero saber dónde puedo encontrarte. Me preocupas.—Estoy en casa de los Martin. Aquí tienes mi número —dijo, entregándole un papel con su teléfono—. Nos vemos, Michael.Él la besó en la frente antes de despedirse.De camino a casa, Isabel no pudo conte
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Capítulo 30: Amenazas en la Oscuridad
Nadie entendía cómo John había logrado entrar a la habitación de Isabel. La seguridad de la mansión dejaba mucho que desear.Tras reducirlo, los criados lo arrastraron fuera de la casa mientras Juliana llamaba a la policía. No permitirían que siguiera cerca, mucho menos después de lo que había intentado hacer.Desde el exterior, se escuchaban sus gritos llenos de rabia.—¡Te mataré a ti y a tu hijo, maldita entrometida! —vociferaba John con furia. —¡Y tú, Isabel, serás mía, aunque me cueste la vida! ¡Esto no ha terminado! Yo soy tu única familia, deberías estar a mi lado, no con extraños que no te quieren. ¡Yo sí te quiero y puedo demostrártelo!Juliana cerró los ojos con impotencia, tratando de contener el temblor en sus manos. Su instinto le decía que John no se detendría hasta lograr su cometido.Se giró hacia Isabel, quien, con la mirada perdida, terminaba de vestirse.—¿Te hizo daño? —preguntó con preocupación.Isabel evitó su mirada y respondió con voz temblorosa:—Me golpeó, pe
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