REINA DEL MAR. CAPÍTULO 62. Un pirata bonito
REINA DEL MAR. CAPÍTULO 62. Un pirata bonitoEl mar está tranquilo esta mañana, casi demasiado tranquilo, y eso siempre me pone nerviosa. El viento huele a sal, a humedad, a posibilidades. Estoy en la cubierta del Barba Negra, con el catalejo en una mano y la radio en la otra, cuando Dagger, uno de mis subordinados, sube a decirme lo que ya me imaginaba por el tono de su voz.—Capitana —dice, con una ceja alzada y una sonrisa torcida—, tenemos aviso de un carguero cerca. Clase media, bandera sudafricana, escolta mínima, carga probablemente farmacéutica.—¿Legal o ilegal?—Ambas cosas. Al parecer llevan material entretenido.Sonrío. Ese tipo de mercancía vale oro en las rutas del sur. Sobre todo en las zonas que no figuran en ningún mapa.—¿Ubicación?—Treinta millas al este. Si le damos velocidad, llegamos en cuatro horas. ¿Damos caza?Me tomo un segundo para pensarlo. No demasiado porque la tripulación está inquieta, llevamos semanas sin una presa digna. Y yo necesito distracción. ¡U
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