Luciana sujetó los hombros de Catalina. —Mamá, por favor, ayúdame. Si cargas con toda la culpa, podrás protegerme.Catalina miró a Luciana. Toda su vida había estado allanando el camino para ella, depositando todas sus esperanzas en Luciana. Fue ella quien le enseñó a ascender sin escrúpulos, robando la identidad de quien salvó la vida de Mateo, usurpando la posición de hija del hombre más rico. Todo esto lo había permitido ella.Pero al final, estaba cosechando lo que había sembrado.¡Estaba probando el sabor de sus propias acciones!El egoísmo de Luciana era algo que ella misma había cultivado.Así que ahora, su propia hija la estaba enviando a su muerte.—Luciana, soy tu madre, ¿cómo puedes ser tan despiadada...?De repente, Luciana se arrodilló frente a Catalina y agarró el borde de su pantalón. —Mamá, no tengo otra opción. Solo puedo hacer que desaparezcas. Si me amas, ayúdame, por favor.Catalina miró a Luciana con profundo dolor y de repente esbozó una sonrisa amarga de autoburl
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