Esta fiesta cumbre reuniría a todas las élites, y a Luciana le encantaban estos eventos sociales. Por supuesto que quería asistir, especialmente con Mateo.Mateo se negó. —No la llevaré conmigo.—¡Mateo!Luciana ya esperaba esta actitud de Mateo y estaba preparada. —Mateo, esta vez la familia Celemín también ha sido invitada a la fiesta cumbre. Mi padre no podrá asistir, así que debo representarnos. Mateo, ¿puedo ir en tu coche?Mateo respondió: —No.El rostro de Luciana se tensó mientras Mateo se alejaba.Después de este rechazo, Luciana estaba disgustada, pero logró componerse. —Señora, si Mateo no quiere llevarme, iré con mi propio chofer.Katerina asintió. —Está bien, Luciana. Una vez allí podrás reunirte con Mateo. Ve y diviértete.—Sí, de acuerdo.Media hora después, Luciana llegó a la fiesta cumbre, acompañada por Mariana.Hace tres años, Mariana también había venido a Costa Enigma. Ahora había terminado su relación con Mauro, quien le había dado una cuantiosa indemnización por
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