Estos días lo hemos hecho tan seguido que me preocupa el bebé que llevo dentro.—¿No quieres? —Mateo me miró fijo.Me mordí el labio, sin poder decir nada.Si decía que sí, seguro se enojaría.Si decía que no, sería traicionar lo que siento adentro.Así que mejor me quedé callada.Además, cuando este hombre se pone así, no importa cuánto resistas, no sirve de nada.Como esperaba, se acercó a mi oído y dijo:—Si no quieres, no importa. ¿Quién te mandó a no quedar embarazada?Después de eso, me besó sin darme chance para oponerme.Me di cuenta que tiene energía que no se acaba.Me dejó sin fuerzas, mis manos no podían ni moverse.Él seguía igual de activo, como si nada fuera suficiente.Me miró con atención, lleno de cariño.Este hombre, que parece tan amoroso, también puede lastimarme por su novia.Sentí tristeza en mi pecho.Al final, en la cama, nada es verdad.Me quedé dormida sin saber cuándo Mateo terminó.Mientras dormía, sentí una mano tibia en mi vientre.Una voz ronca susurró:
Ler mais