Capítulo 299
Mateo apareció sin que me diera cuenta.

Sus brazos fuertes se apoyaron a los lados de mi silla.

Sus ojos oscuros y profundos no dejaban de mirarme.

¡No!

Me di cuenta que estaba mirando mi vientre.

Mi corazón dio un vuelvo.

¿Dije algo mientras dormía?

¡Dios, qué miedo!

Me senté rápido, y con una risa nerviosa, le pregunté:

—Señor Bernard, ¿qué... qué pasa?

—¿Qué soñaste? ¿Por qué estás tan triste, hasta llorando?

Levantó la mano para limpiarme una lágrima de la esquina de mi ojo.

Aparté su mano, nerviosa, y dije:

—Solo... fue una pesadilla.

—¿Pesadilla?

Mateo me miró fijo, y esa mirada intensa me hizo sentir incómoda.

Bajé la vista para calmarme y respondí:

—Sí, soñé que mi familia se iba a la ruina, que todo cambiaba y que la vida que conocía me la robaban. Soñé que unos cobradores venían a la puerta, eran agresivos, nos golpeaban y gritaban. Me asusté tanto que lloré.

—Entonces, ¿los cobradores eras tú? ¿Y soñaste que me robabas a tu bebé?

Mateo sonrió un poco, pero sin nada de alegrí
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