—Ese, Aurora, el trabajo que te consiguió Ryan, ¿no está re bueno? Mira las fábricas de por acá, la gente se parte el lomo y con suerte junta cinco o seis mil al mes. Pero este trabajo... estás sentada todo el día, entras a las nueve, sales a las cinco, dos días libres, el sueldo es más que suficiente. Es como si te hubieras ganado la lotería. Y si no fuera por Ryan, capaz ni te enterabas de esta oportunidad, ¿o no? —dijo la mamá de Ryan.— Mmm, sí, hay que agradecerle a Ryan —dije, mirando a Ryan—. Más tarde los invito a comer.Sabía que la mamá de Ryan había sacado el tema con toda la intención de que yo los invitara.Pero, bueno, les debía una comida.Ryan se rio apenas escuchó eso, dijo:— No, no, ¿cómo voy a dejar que nos invite? Yo...Ryan no alcanzó a terminar porque su mamá le dio un codazo suave y, con una sonrisa gigante, dijo:— En realidad, la comida no nos importa tanto. Solo quiero que te acuerdes de lo buena onda que es Ryan.— Vale, lo entiendo —respondí con una sonrisa
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